Cuando Anna Du tenía 12 años y paseaba por la playa de Castle Island en South Boston notó plástico esparcido en la costa. A partir de ello, se enteró de que 8 millones de toneladas métricas de plástico terminan en los océanos cada año, y eso se suma a las enormes 150 millones de toneladas métricas que ya están allí. Frente a esa realidad, Anna Du se puso a trabajar en la construcción de algo que podría ayudar a resolver el problema: un vehículo operado por control remoto, o ROV que puede moverse a través del agua y detectar plásticos en el fondo del océano. la particularidad de su creación es que cuenta con dos sistemas separados, un sistema de navegación que utiliza hélices para moverse por el agua y una nueva combinación de pesas de pesca y flotadores de espuma para piscinas que le permiten moverse hacia arriba y hacia abajo. Asimismo cuenta con un sistema de detección que utiliza una cámara infrarroja de alta resolución junto con tres tipos diferentes de luz para detectar el plástico.
Fuente: Smithsonian