Escrito por Camila Leon, miembro del Consejo Editorial de Conexión Ambiental
Black Mirror es, probablemente, una de las series más interesantes y, a la vez, críticas que ofrece el catálogo de Netflix. Se trata de una serie de ciencia ficción distópica, que invita a reflexionar (con éxito) acerca del futuro de los seres humanos, y la fuerte (y dependiente) relación de estos con los progresos tecnológicos. De acuerdo con el creador de la serie, Charlie Brooker:
“Si la tecnología es una droga -y se siente como tal- entonces, ¿cuáles son los efectos secundarios? Esta área, entre el placer y el malestar, es donde Black Mirror, mi nueva serie, está establecida. El «espejo negro» [Black Mirror] del título es lo que usted encontrará en cada pared, en cada escritorio, en la palma de cada mano: la pantalla fría y brillante de un televisor, un monitor o un teléfono inteligente.” [1]
En ese sentido, no es común que nos encontremos rodeados de “espejos negros” de los cuales (difícilmente) podríamos desprendernos. Es claro que la situación de pandemia ha contribuido aún más a que los aparatos tecnológicos se vuelvan imprescindibles en nuestra vida diaria. Así, cabe cuestionarnos, ¿qué tan futurista es Black Mirror? ¿Verdaderamente está describiendo el futuro de la humanidad? ¿Es posible ver reflejada nuestra realidad en los capítulos de dicha serie? La respuesta a esta pregunta es que sí (y en no pocas ocasiones).
Ahora bien, ¿qué relación podría existir entre Black Mirror y las problemáticas ambientales que actualmente enfrentamos? Nuevamente, la respuesta a esta interrogante viene de la mano de un episodio llamado “Odio nacional” (Hated in the Nation). En líneas generales, este episodio versa alrededor de una serie de asesinatos concatenados en los cuales el arma letal consiste, por más increíble que parezca, en una especie de abejas electrónicas llamadas “insectos drones autónomos” (IDA).
La serie relata cómo los IDA, artefactos mecánicos con forma de abeja, surgieron como una respuesta ante la extinción de dicha especie animal. De acuerdo con los creadores de los IDA, luego de la extinción de las abejas, hubiera sido probable que los seres humanos hubieran habitado el planeta por tan solo cuatro años más. Sin embargo, y aunque parezca inverosímil, lo que es retratado por Black Mirror no dista mucho de lo que está ocurriendo en la actualidad.
Es innegable que todos los insectos que habitan nuestro planeta cumplen una función reguladora en nuestros ecosistemas. Sin embargo, un amplio número de las especies de insectos se encuentran en peligro de extinción. Como es evidente, entre los grupos más afectados por este problema se encuentran las abejas. De acuerdo con un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, casi la mitad de la población de abejas se encuentra amenazada [2].
En esa línea, ¿por qué es importante para los seres humanos que las abejas sigan existiendo? Estos animales no solo “sirven” para producir miel (o para aterrorizarnos cuando se nos acercan). Por el contrario, son más importantes de lo que pensamos:
– Las abejas facilitan la polinización de las flores, lo cual redunda en una mayor fecundación y germinación de frutos y semillas. A la larga, ello incide en la biodiversidad del planeta.
– Las abejas forman parte de la base de la cadena alimentaria que nutre a otros mamíferos [3].
– Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), a nivel mundial, una tercera parte de los alimentos dependen de las abejas, así como un 90% de las plantas silvestres con flor [4].
– De acuerdo con Greenpeace, el valor económico de la polinización de las abejas para la agricultura es de unos 265.000 millones de euros anuales a nivel mundial [5].
Siendo tan importantes, es también necesario explicar cuáles son las principales causas que ponen en riesgo la existencia de las abejas en nuestro planeta:
– La plantación de monocultivos y la utilización de plaguicidas e insecticidas
– Cambio climático
– Pérdida y degradación de hábitats
– Especies fáunicas invasoras
“Odio nacional” es un episodio de Black Mirror que, además de invitar a pensar acerca del uso que le damos a las redes sociales en los tiempos modernos, expone una realidad ambiental crítica, por la cual no tenemos que esperar. Lamentablemente, Black Mirror tampoco falla en retratar la voluntad política existente con relación a estos temas: en el referido episodio, el Ministro de Hacienda del Reino Unido muestra una nula preocupación por las consecuencias ecológicas vinculadas con la creación de los IDA. En lo que nos concierne, es importante tomar conciencia de problemáticas vigentes tan importantes como la conservación de especies, e intentar prevenir (en la mayor medida de lo posible), la llegada de un futuro tan oscuro como las pantallas de los aparatos que nos rodean.
Referencias:
[1] Endemol UK (2011). BLACK MIRROR- A NEW DRAMA FROM CHARLIE BROOKER. Recuperado el 15 de setiembre de 2020, de https://web.archive.org/web/20111111024516/http://www.endemoluk.com/news/black-mirror-a-new-drama-from-charlie-brooker
[2] Greenpeace (s/f). Agricultura. Recuperado el 15 de setiembre de 2020, de https://es.greenpeace.org/es/trabajamos-en/agricultura/abejas/
[3] National Geographic (2019). ¿Qué pasaría si desaparecen las abejas? Recuperado el 15 de setiembre de 2020, de https://www.nationalgeographic.es/medio-ambiente/2019/05/que-pasaria-si-desaparecen-las-abejas
[4] National Geographic, op. cit.
[5] Greenpeace, op. cit.