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Articulo

La lucha constante por el derecho a un ambiente sano: Análisis del racismo ambiental en Cerro de Pasco y El Bronx

Escrito por Luis Alejandro Pebe, miembro del Consejo Editorial de Conexión Ambiental

Imagínense respirar y que duela. Esta es la situación de muchas personas en El Bronx (Estados Unidos) y Cerro de Pasco (Perú). A pesar de estar alejados geográficamente, comparten el mismo problema: la alta contaminación del aire. Las autoridades y organismos competentes de Estados Unidos y Perú han sido indiferentes ante este contexto que vulnera el desarrollo pleno del ser humano al no gozar de un ambiente sano. De esta forma, se pone en riesgo su salud y, sobre todo, su vida. No obstante, hay otra variable que comparten ambos casos, y se trata de la población que se encuentra en estado de vulnerabilidad: la comunidad andina peruana y afrodescendiente norteamericana. Por ende, esto nos lleva a preguntarnos: ¿Es coincidencia que las minorías culturales son las que reciben los mayores índices de contaminación en sus espacios? Por medio del presente artículo, se expondrá acerca del término “racismo ambiental”, y cómo se refleja en los casos previamente planteados.

RACISMO AMBIENTAL: SISTEMA TRANSGRESOR DE DERECHOS

Siempre se afirma que el aire es vida, y se reconoce sus cualidades positivas para los seres humanos.  Sin embargo, muchas personas nunca se han planteado lo siguiente: ¿El aire en algún momento puede ser mortal? Esta es una cuestión que en un primer momento puede sonar insólita, pero es una realidad en muchas partes del mundo. Según lo expuesto por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el 2012 hubo 7 millones de personas que murieron debido a la mala calidad del aire. Esta cifra equivale a que uno de cada ocho fallecidos globalmente ha sido víctima de un aire nocivo [1]. Ergo, este contexto debe ser utilizado como una oportunidad para que la sociedad comprenda que los niveles de contaminación ya están afectando al recurso gaseoso más trascendental que los seres humanos requieren para vivir.

No obstante, hay un factor que muchas veces no es tomado en cuenta cuando se analizan los efectos de la contaminación del aire en la población, y es que la mayoría de personas afectadas por este fenómeno son las minorías culturales. De esta manera, los científicos sociales han designado el término de “racismo ambiental” para explicar que las poblaciones minoritarias (en términos culturales) son quienes que están más expuestas a recibir un alto nivel de polución. En efecto, la contaminación tiene distintos grados y se encuentra en distintos lugares del planeta, pero hay un gran sector cultural en específico que consumen elementos que son dañinos para la salud por medio del recurso hídrico y el aire [2].

El hecho de tener que convivir con estos elevados índices de contaminación es una clara demostración de transgresión a los derechos fundamentales a la salud y a la vida. Por consiguiente, la sociedad y las autoridades deben tomar medidas al respecto. Especialmente considerando que las minorías culturales, de por sí, se encuentran en situación de desigualdad estructural y permanente. No es adecuado que, en adición a ello, deban lidiar contra otro problema. Si no se toman medidas urgentes, lo único que se va a lograr es que se sigan contaminando y enfermando [3]. Una persona que cree en el bien común no puede ser indiferente ante este contexto.

El racismo ambiental conecta varias aristas porque demuestra la relación entre la discriminación cultural, la desigualdad socioeconómica y la calidad del ecosistema donde la persona reside o se desenvuelve. Así que es necesario comprender la estructura del racismo ambiental para lograr evidenciar cómo se manifiesta, y cómo este genera inequidad [4] y exclusión. En otras palabras, se debe estudiar a este fenómeno de una forma multidimensional e integral para lograr idear propuestas innovadoras que se orienten no solo a mejorar la calidad del ambiente, sino que también conlleven a obtener justicia social.

A lo largo de la historia, se ha ido creando una consciencia ambientalista más consolidada en la sociedad. Esto implica que se esta tomando más conocimiento e interés sobre cómo enfrentar el racismo ambiental. Por ende, algunas de las medidas que se podrían tomar para combatir este mal es solicitar a las autoridades competentes una mejor planificación urbana. Asimismo, exigir un mejor marco normativo que sea consecuente con la justicia social. También, impulsar el uso de energías eco-friendly y promover la conversión ecológica de los residuos. Además, de planear nuevas infraestructuras para la recepción de elementos contaminantes [5]. Todas estas acciones persiguen el objetivo de mantener estándares sanitarios dignos y que no incrementen el estado de vulnerabilidad de las minorías culturales.

La Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano (CNUMAH) en 1972, fue un hito importante en la defensa del derecho a vivir en un ambiente sano. El producto final de dicha reunión, fue la Declaración de Estocolmo. De acuerdo con el primer principio de este documento, el ser humano tiene la facultad de desarrollarse plenamente a través de su libertad, pero teniendo como deber el mantener íntegro los ecosistemas para que sean espacios intergeneracionales. De esta forma, se promueve el bien común [6]. Esta manifestación de cooperación ambiental, considera que todos merecen crecer en un medio ambiente de buena calidad. Es decir, que no esté contaminado y que este perdure durante generaciones.

CERRO DE PASCO Y EL BRONX: CASOS DE RACISMO AMBIENTAL

Las minorías culturales han sido excluidas históricamente de distintas formas. Por ejemplo, fueron rechazadas en la vida social o política de distintos países. La población afrodescendiente y la población andina son ciudadanos que están en constante situación de vulnerabilidad. Hoy, se puede afirmar que sus voces siguen sin ser escuchadas, porque ellos solicitan tener aire limpio, y tanto la sociedad como el Estado no hacen mayor esfuerzo para poder otorgarles este recurso. En otras palabras, demuestran una actitud indiferente y discriminatoria. Por un lado, gracias a un informe de la Red Muqui, se dio a conocer que las personas de Cerro de Pasco están respirando un aire totalmente nocivo, ya que este contiene sustancias muy peligrosas como el plomo [7].

Sin embargo, este no es un problema de hace un par de años. A modo de ejemplo, en el año 2009, la Universidad Italiana de Pisa, en una investigación, determinó que en Cerro de Pasco más de 2000 niños fueron intoxicados con plomo y otras sustancias. Además, se señaló que uno de los distritos más afectados por este aire venenoso es el de Simón Bolívar [8]. Han pasado más de 10 años desde aquel estudio, y aún las autoridades competentes no hacen nada para cambiar esta realidad. Se evidencia la impunidad del sector empresarial, el cual parece estar facultado de poder abusar de otros. Las minorías culturales existen y las personas deben entender que no son ciudadanos con menos derechos. Ellos merecen respeto y justicia.

En el presente año, algunas familias de Cerro de Pasco cansados de esta situación decidieron venir a Lima para denunciar este caso de envenenamiento del aire en sus lugares de origen, ocasionadas por las desproporcionadas y descuidadas operaciones de índole minera [9]. Así, estos padres de familia exigían respuestas al Estado para que los ayuden y les respeten los derechos humanos de niños y adultos que se han visto afectados por la problemática ambiental. Asimismo, con el surgimiento de la pandemia por COVID-19, sus reclamos se han visto relegados aún más.

Por otro lado, los ciudadanos afrodescendientes de El Bronx (Nueva York) pasan una situación similar, ya que la calidad del aire que respiran es pésima, debido a la industrialización excesiva en su distrito. La Universidad de Yale realizó distintos estudios que demuestran que la población afronorteamericana tiene más probabilidades de consumir aire de mala calidad. Se encontró que en El Bronx las personas tienen un 66% más de posibilidades de estar expuestas a un aire mortal debido a la pésima planificación urbana e industrial de la zona. Vale la pena destacar, que se comprobó que hay un 13% más de posibilidades que los contaminados sean afrodescendientes [10]. En otros términos, las comunidades de afrodescendientes tienen mayor exposición, y esto se debe a la presencia de las industrias que son cercanas a sus residencias. Los gobiernos distritales deben regular mejor dónde se van a instalar las fábricas.

Acorde a un estudio realizado por Centers for Disease Control and Prevention, se determinó que los niños afrodescendientes tienen un mayor grado de probabilidad de consumir aire envenenado antes que los infantes latinos y blancos. El 11.2% de los niños afros han consumido aire contaminado por plomo. Por tanto, pueden contraer distintas enfermedades [11]. La niñez de esta minoría cultural debe ser atendida con prioridad.

En el 2012, Ivlyse Andino junto a varios residentes de El Bronx decidieron presentar una demanda contra Fresh Direct, que es uno de los entes empresariales responsables de una gran parte de la infraestructura contaminante [12]. Sin embargo, no procedió como se esperaba, y el juzgado de turno falló a favor de la empresa. En ese sentido, parece ser que el enfoque de justicia socioambiental es aún una tarea pendiente en los tribunales de otros países.

A modo de conclusión

Se puede afirmar que el Estado y la sociedad tienen una actitud poco empática con ambas minorías culturales, porque se siguen perpetuando actos discriminatorios al ignorar sus denuncias, y no realizar acciones concretas para impedir que se sigan transgrediendo los derechos tanto de los ciudadanos de El Bronx como los de Cerro de Pasco. No es coincidencia que las poblaciones afrodescendientes y andinas sean las más discriminadas, tampoco es coincidencia que nadie escuche sus reclamos y mucho menos es coincidencia que sus lugares sean los más contaminados. El racismo ambiental existe y es una realidad que debe ser enfrentada.

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Imagen obtenida de https://www.xataka.com/investigacion/ocho-mapas-que-reflejan-a-tiempo-real-la-contaminacion-en-nuestro-planeta-y-sus-consecuencias

Referencias Bibliográficas:

[1] Organización Panamericana de la Salud. (25 de marzo 2014). OMS estima que 7 millones de muertes ocurren cada año debido a la contaminación atmosférica. En Paho.org. Recuperado el 4 de noviembre de 2020, de https://www.paho.org/hq/index.php?option=com_content&view=article&id=9406:2014-7-million-deaths-annually-linked-air-pollution&Itemid=135&lang=es

[2] Food Empowerment Proyect. (s.f). Environrmental Racism. En Foodispower.org. Recuperado el 4 de noviembre de 2020, de https://foodispower.org/environmental-and-global/environmental-racism/

[3] Beech, P. (31 de julio de 2020). What is environmental racism?. En World Economic Forum. Recuperado el 4 de noviembre de 2020, de https://www.weforum.org/agenda/2020/07/what-is-environmental-racism-pollution-covid-systemic/

 [4] Washington, H. (19 de mayo de 2020). How environmental racism is fuelling the coronavirus pandemic. En Nature. Recuperado el 4 de noviembre de 2020, de https://www.nature.com/articles/d41586-020-01453-y

[5] Alonso, T. (30 de septiembre de 2020). ¿Qué es el racismo medioambiental y cómo podemos evitarlo en las ciudades?. En Tomorrow Mag. Recuperado el 4 de noviembre de 2020, de https://www.smartcitylab.com/blog/es/inclusion-y-compartido/evitar-racismo-medioambiental/

[6] Organización de las Naciones Unidas. (1972). Declaración de Estocolmo. En SOAS University of London. Recuperado el 5 de noviembre de 2020, de https://www.soas.ac.uk/cedep-demos/000_P514_IEL_K3736-Demo/treaties/media/1972%20Stockholm%201972%20-%20Declaration%20of%20the%20United%20Nations%20Conference%20on%20the%20Human%20Environment%20-%20UNEP.pdf

 [7] Wayka. (29 de septiembre de 2017). Cerro de Pasco: Nuevo estudio revela altos niveles de intoxicación en niños. En Wayka.pe. Recuperado el 5 de noviembre de 2020, de https://wayka.pe/cerro-de-pasco-ninos-intoxicados/

[8] Wayka. (29 de septiembre de 2017). Op, cit.

[9] Anselmo, R. (2020, 10 marzo). Niños intoxicados: El drama de vivir a espaldas del gobierno. SERVINDI. Recuperado el 5 de noviembre de 2020, de https://www.servindi.org/actualidad-noticias/10/03/2020/ninos-intoxicados-el-drama-de-vivir-espaldas-del-gobierno?fbclid=IwAR3ZOZjDLyDZ1d_cQUKnWc9nZGhPPWvjtmRPgXeAgSIT4h0JpRBZXnByR3w

[10] Bell, J. (25 de abril de 2020). 5 Things to Know About Communities of Color and Environmental Justice. En Center for American Progress. Recuperado el 5 de noviembre de 2020, de https://www.americanprogress.org/issues/race/news/2016/04/25/136361/5-things-to-know-about-communities-of-color-and-environmental-justice/

[11] Bell, J. (25 de abril de 2020). Op, cit.

[12] El Deadline (21 de mayo de 2020). La mujer que emprendió la lucha por el “derecho a respirar” en el Sur del Bronx. En Medium. Recuperado el 5 de noviembre de 2020, de https://medium.com/eldeadline/la-mujer-que-ha-emprendido-la-lucha-por-el-derecho-a-respirar-en-el-sur-del-bronx-6157c963ffa8

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