Alguna vez te has preguntado, ¿qué sería de nosotros sin el plástico? Quizás, esta pregunta sea muy genérica, pero observa a tu alrededor: el lapicero con el que escribes, la superficie que sujeta a tu laptop, tu resaltador favorito, el refrigerador donde guardas tus alimentos. En efecto, en la producción de estas cosas que ya forman parte de nuestra vida, se utilizó algún tipo de plástico. ¿Te son útiles? ¡Por supuesto, lo comprobamos día a día!
El austríaco Werner Boote, nieto de uno de los pioneros que hicieron surgir la industria del plástico en Europa, también piensa que esta industria ha mejorado la calidad de vida de las personas; sin embargo, lejos de seguir alabando sus bondades intenta mostrar el lado oculto acerca del plástico que rodea al mundo.
“Plastic Planet” es el producto de la investigación llevada a cabo por Boote, cuyos temas expuestos, lamentablemente, siguen latentes hasta el día de hoy. Este documental estrenado en el año 2009 no tiene la intención de convertir al plástico en el monstruo de nuestra era, sino que trata de responder a las siguientes preguntas: ¿al consumidor se le brinda la información necesaria para conocer cuáles son los componentes de las cosas de plástico que compra y utiliza? ¿El plástico tiene componentes dañinos o peligrosos para nuestra salud? ¿Quién debería tomar la responsabilidad por la contaminación producida por el plástico? [1].
Si te interesa saber las respuestas, este impactante documental te ofrecerá nuevas perspectivas que te llevarán a formular aún más interrogantes; por supuesto, también te invitará a la reflexión sobre el uso de los materiales plásticos y sobre nuestro rol en su ciclo de vida.
En esta “Edad del Plástico”, cómo la cataloga Boote, es que ha emprendido un viaje de investigación por los cinco continentes, su investigación ha abarcado cerca de diez años, pero todo ello era imprescindible. El documental, a base de experiencias e información científica, arriba a conclusiones asombrosas: hay mucho de positivo en los plásticos, sin embargo, también causan muchos problemas, uno de ellos atenta contra nuestra salud [2].
“Dios mío. Estamos rodeados de peligro y nadie lo sabe. ¿Seré el único?”
Hasta 1990, la Organización Mundial de la Salud afirmaba que el bisfenol A, era inofensivo. Hoy en día se ha comprobado que esta sustancia química que se utilizaba para fabricar plásticos y resinas puede provocar cáncer y otras enfermedades que conducen a la muerte.
¿Se sigue utilizando esta sustancia? No lo sabemos. Si bien es prohibida en muchos países, lo que descubrió Boot, es que muchas de las grandes compañías internacionales que producen plásticos no permiten el ingreso a su proceso de producción, e inclusive ni siquiera informan a sus clientes sobre el material con el cual elaboran sus productos, que luego llegan a nosotros como los consumidores finales.
Esta problemática detectada, no solo se relaciona con el derecho del consumidor de ser informado sobre lo que hay en los productos, sino que se suma a las externalidades negativas generadas sobre el ambiente y que alcanzan los derechos de los animales[3].
Se comprobó que cuando ciertos materiales dañinos de los objetos plásticos se desprenden, pueden ser absorbidos por nuestro cuerpo lo que produce una alteración hormonal que ocasiona alteraciones en nuestro sistema reproductor, además de otras enfermedades que si bien no matan, nos hacen perder la calidad de vida que en un comienzo ofrecía el plástico.
El océano y los ríos no escapan de los impactos ambientales generados por más de una centuria del descubrimiento del plástico. Se estima que actualmente la proporción de plástico y plancton en el océano es de 60 a 1.
¿Qué debemos hacer?
Te puede resultar contradictorio el porqué las organizaciones civiles, organizaciones gubernamentales y algunos gobiernos, impulsan la minimización de los plásticos y colocan obstáculos para que se comercien bienes a base de plásticos que resultan más baratos, pero, a largo plazo, resultan caros. Pero las cifras de la contaminación del plástico son alarmantes y se están tomando acciones para poder paliar esta situación.
Cuando Boot preguntó al Gerente General de una de las importantes empresas de la industria del plástico, ¿quién es responsable de esta contaminación? El gerente le respondió que era responsabilidad del que lo puso allí.
Nada más cierto. La humanidad no puede desconocer el hecho de ser la primera responsable por la contaminación. Es quien la fábrica, quien la vende, usa y compra y quien la desecha. Si vemos desechos plásticos por la calle es porque una persona la ha puesto allí, y si vemos muchos desechos, es que muchas personas lo han colocado allí. Nadie puede excluirse de una responsabilidad global.
En esa línea de ideas, el documental no le podría decir al mundo entero que recicle o deje de usar plásticos, solo te muestra lo que pasa en el mundo, lo poco que conocemos del origen de los productos plásticos que utilizamos, lo desconocido que aún pueden ser sus efectos en nuestra salud, y lo peligroso que es no tener una conciencia socioambiental del tema.
“Plastic Planet” se encuentra disponible en la plataforma de Youtube, tiene una duración de 95 minutos y te dejará asombrado de lo que ocurre en el mundo del plástico y nuestra responsabilidad en ello.
Referencias bibliográficas:
[1] Terra Ecológica Práctica (2012). Plastic Planet. https://www.terra.org/categorias/peliculas/plastic-planet
[2] Filasiete (s.f.). Plastic Planet: Aprende y échate a temblar
https://filasiete.com/critica-pelicula/plastic-planet/
[3] Mira-Bohórquez, P. (2012). Animales y medio ambiente. Problemas de responsabilidad. http://www.scielo.org.co/pdf/ef/n50/n50a02.pdf