La pandemia mundial de COVID- 19, nos ha colocado en una nueva realidad en la que aislarnos se ha vuelto una medida de protección a nuestra salud. El paro de las actividades económicas debido a la cuarentena mundial proporcionó – en su momento- un alivio para la vida salvaje, no solo por la mejora de la calidad de aire y agua, sino también por la casi nula presencia del gran invasor: el ser humano.
“Vecinos invasores” (2006) es una película animada que relata las complicadas aventuras de R.J. (un travieso mapache estafador), Verne (una tímida tortuga), y sus amigos del bosque para adaptarse al entorno urbano tras descubrir que los humanos construyeron una zona residencial en su hábitat mientras ellos hibernaban [3].
“¡Los humanos viven para comer!, […] ese es uno de los muchos transportes de comida, los humanos traen comida, se llevan comida, envían comida, conducen la comida […]” [5]. Señala el experimentado mapache a sus amigos, haciendo referencia al servicio de delivery como un hábito de los humanos.
Ahora más que nunca, muchas personas prefieren salir lo menos posible de sus hogares para prevenir posibles contagios y no poner en riesgo su salud y la de sus familiares. De modo que, como medida eficaz y sencilla para disfrutar un buen almuerzo o un antojo de la media tarde, quienes están en las posibilidades, han optado por los pedidos de comida rápida a domicilio (“deliverys”), los cuales han tenido gran apogeo. Tal como lo indican los datos de Touch Task, el servicio de “dlivey” creció un 250% en el país durante la pandemia [1].
Sin embargo, con las numerosas bolsas, botellas y los recipientes para enviar la comida a domicilio, se puede visibilizar también el incremento en la producción y consumo del material plástico desechable y el tecnopor. “[…] Por temas de cuidado, las personas usan más polietileno que antes. El problema es que se ve, es que las personas disponen mal sus residuos, los usan y los tiran en las calles”, indica Marysol Naveda, Coordinadora nacional de LOOP [2]. Los cuales muchas veces acaban contaminando tanto las zonas urbanas, como los ríos y mares.
En consecuencia, estos residuos no solo impactan a la ciudad, sino otras zonas naturales y también a los animales que pueden alimentarse de ellos, causando así una cadena de contaminación alimentaria [2]. Recordando el mensaje de “Vecinos invasores” (2006), debemos ser conscientes de que todos somos parte de una gigantesca casa llamada Tierra, que nosotros los humanos no debemos actuar como dueños invasores o anfitriones, sino comprender que es también nuestra responsabilidad mantener el equilibrio ambiental.
Es así que, es necesario informarnos sobre los productos que compramos y, en base a ello, tomar decisiones aplicando las 3R en nuestros pedidos y generando conciencia sobre la importancia de ser consumidores responsables. Con respecto a ello, la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental nos brinda las siguientes sugerencias [4]:
- Reducir: puedes probar y crear tu propia lista con los restaurantes, establecimientos y tiendas que se ajusten a tu presupuesto y entreguen tu pedido en envases biodegradables o con la menor cantidad de plásticos posible. También puedes generar un mayor impacto positivo compartiendo tu lista con tus conocidos y en redes sociales.
- Reutilizar: al terminar tu comida, te recomendamos lavar los envases de bebidas y alimentos descartables para darles un segundo uso. En estos envases, puedes guardar comida o tomar líquido, almacenar especias en la cocina o materiales de escritorio, hacer macetas o manualidades, entre otros.
- Reciclar: de los envases que no reutilizarás, compacta aquellos que sean aprovechables, colócalos en una bolsa diferente al resto de residuos y sigue las recomendaciones del Minam para su desinfección y disposición. Puedes entregar tu bolsa al camión de reciclaje de tu distrito, o bien llevarla a la estación de reciclaje más cercana a ti. La ubicación de estas estaciones se encuentran disponibles en el aplicativo “En Casa Yo Reciclo” del Minam
Asimismo, para los emprendedores en el negocio de comida, la iniciativa “¡Fantástico! Menos plástico” de la Cooperación Alemana permite averiguar más sobre los tipos y precios de materiales biodegradables que existen en el Perú y brinda un directorio de distintos proveedores [4].
Para concluir, es sumamente importante recordar que esta pandemia es un reflejo de la crisis ambiental que vivimos a nivel mundial, y que todo lo que hagamos o dejemos de hacer, impacta en el medio ambiente. Es cierto que por motivos de higiene y salud no es factible prohibir el uso de plásticos de un solo uso mientras dure la emergencia sanitaria, pero es necesario recordar que la problemática de la contaminación por plásticos seguirá presente, así como el aumento de pedidos por delivery.
Por lo tanto, es necesario asumir el compromiso de darle una disposición adecuada a nuestros residuos y promover un consumo responsable. De esta forma, ayudaremos a prevenir una “invasión” de plásticos de nuestros pedidos de servicio de delivery en la alimentación de nuestros vecinos salvajes.
Referencias:
[1] Gestión. Delivery creció 250% en el Perú durante la pandemia. Fecha de consulta: 16 de junio de 2021
[2] Clima de Cambios. COVID-19: el resurgir del plástico. Fecha de consulta: 16 de junio de 2021
https://www.pucp.edu.pe/climadecambios/noticias/covid-19-el-resurgir-del-plastico/
[3] Wikia. “Vecinos invasores: más real de lo que parece”. Fecha de consulta: 16 de junio de 2021
https://easucabdm.wikia.org/es/wiki/%27Vecinos_invasores%27_Mas_real_de_lo_que_parece
[4] SPDA. Mascarillas y envases descartables: 3 opciones sostenibles para reducir la contaminación. Fecha de consulta: 16 de junio de 2021
https://www.actualidadambiental.pe/mascarillas-y-envases-descartables/
[5] Youtube. Comida (escena) Vecinos invasores. Fecha de consulta: 16 de junio de 2021