El Día Internacional del Aire Puro fue instituido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1997 y tiene como origen a una gran movilización en favor del cuidado del medio ambiente. En ese sentido, la finalidad de este día es recordar a la humanidad la lucha contra la contaminación proveniente de gases industriales, vehículos e incendios, que generan la degradación del ambiente; también, se busca reflexionar acerca de las consecuencias negativas de problemas ecológicos como el aire contaminado, para de esta manera adoptar medidas en favor de un ambiente sano con aire puro[1].
El aire limpio es importante para la salud y la vida cotidiana de las personas, y la contaminación atmosférica es el mayor riesgo ambiental para la salud humana y una de las principales causas de muerte y enfermedades en todo el mundo que se podrían evitar [2]. Nueve de cada diez personas en la Tierra respiran aire contaminado, lo que causa aproximadamente siete millones de muertes prematuras cada año [3]. Y es que la contaminación atmosférica es el mayor riesgo ambiental para la salud humana y es al mismo tiempo una de las principales causas evitables de muertes y enfermedades en todo el mundo, responsable de aproximadamente 6,5 millones de muertes prematuras en todo el mundo en el 2016, atribuidas a la contaminación atmosférica en interiores y al aire libre [2]. En los países en desarrollo, este tipo de contaminación afecta de manera desproporcionada a las mujeres, los niños y los ancianos, y en particular a las poblaciones de bajos ingresos que a menudo están expuestas a altos niveles de contaminación del aire.
En suma, la mala calidad del aire plantea un problema en el contexto del desarrollo sostenible para todos los países, en particular en las ciudades y las zonas urbanas de los países en desarrollo, donde los niveles de contaminación atmosférica son superiores a los límites establecidos en las directrices sobre calidad del aire de la Organización Mundial de la Salud [4]. Frente a este panorama, el Secretario General de la ONU, António Guterres, en septiembre del presente año, manifestó:
Como muchos males de la sociedad, la contaminación del aire refleja las desigualdades globales. La pobreza obliga a las personas a vivir cerca de fuentes de contaminación, como fábricas y carreteras, y a quemar combustibles sólidos o queroseno para cocinar, calentarse e iluminar. La contaminación que está dañando nuestra salud también está impulsando la crisis climática. Hago un llamado a todos los países a aumentar la acción para mejorar la calidad del aire, invertir en energía renovable en lugar de combustibles fósiles, eliminar el carbón y transitar hacia el uso de vehículos con cero emisiones [3].
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) publicó la primera evaluación de legislaciones sobre contaminación del aire, la cual examinaba las leyes nacionales sobre la calidad del aire en 194 estados y la Unión Europea. El estudio reveló que 2 de cada 3 países en el mundo tienen estándares legalmente obligatorios sobre calidad del aire exterior, pero estos varían ampliamente y no coinciden con las pautas de la Organización Mundial de la Salud (OMS)[3]. Al mismo tiempo, el informe llama a implementar mecanismos de monitoreo más fuertes para aplicar las leyes de calidad del aire. Por otro lado, el segundo informe global Acciones sobre la calidad del aire muestra que ha aumentado el número de países que ha adoptado múltiples políticas para reducir la contaminación del aire. Pese a esto, las grandes brechas en la implementación, financiamiento, capacidad y monitoreo evidencian que los niveles de contaminación del aire siguen siendo altos. En ese sentido, el PNUMA anunció junto con sus aliados la erradicación mundial del uso de la gasolina con plomo, un logro importante que evitará más de 1,2 millones de muertes prematuras y ahorrará US $2,45 billones al año [3].
A fin de cuentas, es la sociedad la que tiene que soportar los elevados costos de esta contaminación y su impacto negativo sobre la economía, la productividad laboral, los costos de atención sanitaria, el turismo, etc. Es por esto que es importante invertir en el control de la contaminación atmosférica [2]. También, las y los ciudadanas (os) de a pie también pueden llevar pequeñas acciones para para minimizar la contaminación del aire, como son [5]:
- Reducir el uso de vehículos y utilizar el transporte público.
- Usar el agua de forma racional, así como la energía eléctrica.
- Mayor consumo de productos ecológicos, evitar la adquisición de productos plásticos y el aprovechamiento a través del reciclaje.
- Elegir productos que no sean tóxicos para el medio ambiente a la hora de decorar, remodelar o cambiar espacios.
- Al elegir sistemas de calefacción, asegurarse de que sean equipos de alta eficiencia, y calidad, donde su vida útil esté garantizada para operar durante muchos años.
- Evitar quemar la basura o cualquier otro tipo de desecho.
- Usar, preferentemente, energía renovable.
- Educar a quienes nos rodean en la preservación del medio ambiente.
Referencias:
[1] Ministerio del Ambiente. (2015, 07 de enero). Día Internacional del Aire Puro. https://www.minam.gob.pe/calendario-ambiental/dia-internacional-del-aire-puro/
[2] Naciones Unidas. (2020). Día Internacional del Aire Limpio por un cielo azul. https://www.un.org/es/observances/clean-air-day
[3] Naciones Unidas Colombia. (2021,07 de septiembre). El día internacional del aire limpio por un cielo azul resaltó los vínculos entre la salud humana y planetaria. https://nacionesunidas.org.co/onu-internacional/el-dia-internacional-del-aire-limpio-por-un-cielo-azul-resalto-los-vinculos-entre-la-salud-humana-y-planetaria/
[4] Organización Mundial de la Salud. (2014). Directrices de la OMS sobre la calidad del aire de interiores: quema de combustibles en los hogares.
[5] Gerencia Regional de Lambayeque. (2020, 17 de noviembre). Día internacional del Aire Puro. https://www.regionlambayeque.gob.pe/web/noticia/detalle/32312?pass=MTA2MQ==