
Escrito por Winfried Munive, miembro del Consejo Editorial
El 20 de agosto en Ecuador los ciudadanos ecuatorianos se acercaron a las urnas para elegir al presidente, vicepresidente y asamblea que concluya con el período 2021 -2025. La anticipación de estas elecciones se da a razón de aplicar la “muerte cruzada” por parte del presidente Guillermo Lasso. [1] Ello en un contexto de ola de violencia que se hizo evidente con la muerte del candidato Fernando Villavicencio.
Ese día también se realizó la consulta popular que preguntaba si los campos Ishpingo, Tambococha y Tiputini (ITT), territorio dentro del parque nacional Yasuní, debía mantener el crudo de petróleo indefinidamente bajo el subsuelo. En caso contrario se continuaría con la extracción de petróleo a cargo de la empresa pública PETROECUADOR. El sí ganó con el 58,95%. [2]
A casi un mes de haber ocurrido la consulta y a la expectativa de la segunda vuelta entre Luis González y Daniel Noboa, cabe describir brevemente por qué es importante el Yasuní.
El parque Yasuní fue creado en 1979. Su extensión es de 1 022 736 hectáreas y se encuentra a la altura de 190 a 400 m.s.n.m. en el bosque húmedo tropical amazónico.[3] Diez años más tarde, el parque, la zona intangible y el adyacente territorio waorani se declaró como Reserva de la Biósfera por la UNESCO, la cual contiene 99.73% de vegetación natural original.
El parque resguarda una amplia biodiversidad: 2000 especies de árboles y arbustos, 204 especies de mamíferos, 610 especies de aves, 121 de reptiles, 150 de anfibios y más de 250 especies de peces. Entre ellos, tenemos monos araña, chorongos, jaguares, capibaras, tapies, cusumbos, guacamayos, tucanes, sigchas, delfines rosados, hoatzines, cormoranes, tortugas, anacondas, paiches y tucunaris.[4]
Del mismo modo, Ecuador cuenta con una población de alrededor 18 millones de habitantes, de los cuales más de 1 millón pertenecen a nacionalidades indígenas Tsáchila, Chachi, Epera, Awa, Kichwas, Shuar, Achuar, Shiwiar, Cofán, Siona, Secoya, Zápara, Andoa y Waorani de acuerdo al censo del 2010. El territorio del Yasuní contempla a los pueblos indígenas. [5] Uno de ellos, los Waorani fueron contactados en 1958, y aunque algunos grupos ha rechazado el contacto, otros lo han mantenido. [6]
Asimismo, en 1999, se creó la zona Intangible Tagaeri-Taromenane para los pueblos indígenas con el mismo nombre en Aislamiento Voluntario. Al respecto, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dictó medidas cautelares en mayo de 2006 a favor de los Pueblos Indígenas Aislados (MC-91-06) e instó al Estado ecuatoriano a adoptar medidas efectivas para proteger la vida e integridad de los miembros de los pueblos Tagaeri y Taromenane.
Por otra parte, la reserva se ha visto amenazada con la extracción del petróleo. Si bien pueden tener un impacto en el equilibrio de esta zona, también ha generado ingresos para el país. Durante el gobierno del ex presidente Correa se impulsó el proyecto ambiental Yasuní-ITT en el 2007 y pretendía recaudar US$3.600 millones de la comunidad internacional a lo largo de 13 años en compensación por la no explotación de unos 846 millones de barriles de petróleo. [7] Para ese fin se creó un fondo fiduciario con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para la recepción de los aportes a cambio de la financiación de proyectos de desarrollo sostenible y energías renovables.
En agosto del 2013, Correa anunció el fin de la iniciativa con solo la recaudación de 13.3 millones de dólares, que representa el 0.37% de los 116 millones que se preveía recaudar. [7] Con el fracaso del proyecto, el 2016 se comenzó con la extracción del petróleo en el lote 43 (ITT). Los 55,000 barriles de petróleo que produce el bloque son el 11% de los 480 000 que produce Ecuador diariamente. Esto significa un beneficio neto de 1200 millones de dólares al año. [8] Aún con esa cantidad, la consulta popular ha traído a debate respecto a cuánto sería monto real del aporte del lote y cómo se realiza la extracción en los lotes del parque.
En conclusión, su conservación es esencial no solo para la supervivencia de numerosas especies, sino también para la estabilidad climática global y la investigación científica. A pesar de los desafíos económicos, es fundamental encontrar un equilibrio entre la explotación de recursos naturales y la protección de este ecosistema crítico. La preservación de Yasuní no solo beneficia a Ecuador, sino que también tiene un impacto positivo en la biodiversidad global y en la lucha contra el cambio climático.
Referencias
[3] http://areasprotegidas.ambiente.gob.ec/sites/default/files/GUIA_PARQUES_45-2014.pdf
[5] https://iwgia.org/es/ecuador/4786-mi-2022-ecuador.html#_edn2
[6] https://amazonfrontlines.org/es/partners/waorani-es/
[7] https://www.bbc.com/mundo/noticias/2013/08/130816_ecuador_yasuni_causas_fracaso_lps