El baño de un dios pestilente: La contaminación de los ríos en “El viaje de Chihiro”

“El viaje de Chihiro” (千と千尋の神隠し), escrita y dirigida por el famoso Hayao Miyazaki, es la primera película de animación en ganar el Oso de Oro en Berlín; también, consiguió el Oscar a la Mejor Película de Animación en 2002 [1]. Estrenada hace ya 20 años, la obra de Miyazaki y el Studio Ghibi, sigue siendo considerada un éxito total. Y es lo de menos, pues con el protagonismo de la pequeña Chihiro y a través de la representación de temáticas transversales, la película hace crítica a la moderna sociedad japonesa, a la codicia humana y a las costumbres en una sociedad global. Pero es una escena la que será de nuestro interés por la crítica que realiza a la contaminación del medio ambiente y el análisis que permite hacer de tal situación en nuestro país: el baño al espíritu pestilente. 

Arrastrándose lentamente hacia la casa de baños (o “sentō“) en la que -debido a su viaje espiritual- trabaja Chihiro, se acerca un dios pestilente, una masa amorfa y putrefacta, cuyo solo aroma corroe lo que se encuentre a su alrededor. Los trabajadores (quienes son espíritus de diversas formas y tamaños) temen su presencia, e incluso Yubaba (la bruja dueña de los baños y antagonista) trata de evitar su ingreso. Pese a todos los esfuerzos, el dios pestilente ingresa y es atendido por nuestra joven protagonista. Chihiro se las arregla para darle un baño al nuevo cliente -proceso en cual este desprende una inmensa cantidad de mugre- y poco después se percata de que el mismo tiene incrustada una espina. Con la ayuda de todo el personal de los baños logra retirar la espina que en realidad era una bicicleta y junto a esta se desprenden barriles, inodoros, paraguas y mucha más basura, mientras el monstruo se va reduciendo. Acto seguido, emerge del agua lo que parece ser el rostro de un anciano, que agradecido le dice a Chihiro “buen trabajo” y se transforma en una suerte de dragón que se retira volando. Ante el asombro de la multitud, Yubaba se acerca a Chihiro y la felicita mencionando que aquel dios pestilente era en realidad un famoso Dios del Río.

Esta escena, si bien no de larga extensión, encaja con la crítica a la sociedad que busca hacer la película en cuanto a materia ambiental. En particular, el autor hace referencia a la actitud de las personas durante la burbuja económica de Japón de la década de los 80, pero esto no quita el enlace con la situación actual de nuestra sociedad y cómo esto impacta en la contaminación. Por lo cual, a propósito del Viaje de Chihiro, veremos si en el Perú los ríos son dioses pestilentes o no. Los ríos, son de especial relevancia, pues significan una importante fuente de recursos hídricos para los seres humanos, en tanto que atraviesan amplias franjas de tierra, y permiten conectar enormes océanos. Pese a esto, se enfrentan a problemas como  la contaminación debido a las actividades extractivas (minería e hidrocarburos) y hábitos de consumo de la población, que genera la degradación de los ríos y que impide que puedan ser desviados para que sus corrientes sean utilizadas para el consumo de agua potable y la generación de energía en la costa [2].

Patricia Urteaga advierte estas deficiencias como, por un lado, la falta de acceso al agua potable en asentamientos humanos en la periferia de Lima, y por otro, los contextos conflictivos de industrias extractivas, en donde la situación se exacerba [3]. La minería a tajo abierto corta circuitos de agua subterránea y daña acuíferos, entre otros efectos colaterales que afectan el entorno natural. Esta situación es a la que se enfrentan, por ejemplo, los pueblos indígenas de las cuencas del Pastaza, Tigre y Marañón, quienes llevan más de 4 décadas asumiendo el impacto de la explotación de petróleo. Han muerto lagunas, lagos, se han contaminado ríos y quebradas.  Así, entre 2002 y 2017 se han producido 112 derrames de petróleo sólo en la cuenca del río Marañón. Particularmente, a raíz de la pandemia por el COVID-19, la situación parece haberse agudizado, siendo que se ha registrado un aumento en cuanto al número de residuos domésticos y de construcción, así como de mascarillas y guantes en fuentes naturales de agua como son los ríos, canales de riego y drenes [4].

Las situaciones planteadas forman parte, acorde al enfoque de justicia ambiental, del llamado racismo ambiental [3]. A partir del mismo, se analiza cómo las poblaciones más vulnerables son precisamente las más perjudicadas, mientras que las empresas y el Estado mismo guardan para sí los beneficios. Cabe recordar, que Perú se adhiere desde ya hace décadas y en particular con la Constitución de 1993, a un régimen en el que el desarrollo económico se sustenta en la rivalidad entre los empresarios [5]. Es decir, nuestra Constitución ha optado por un modelo en el que la iniciativa privada se ejerce en armonía con una economía social de mercado (art. 58), en donde la actuación del Estado se limita a ser realizada solo autorizada por ley expresa y de forma subsidiaria (art. 60), a la espera de que la iniciativa privada sea la principal responsable de la actividad económica. De esta manera, la competencia adquiere un valor en sí misma como mecanismo para impulsar el desarrollo; sin embargo, la teoría económica ha tratado en cuanto a la regulación al respecto, la cual se vuelve importante debido a los fallos de mercado, como puede ser la competencia insuficiente, siendo el que más nos interesa aquel referido a las externalidades negativas que pueden generarse y en cómo esto puede convertirse en un riesgo para el entorno natural [6]. Por último, se vuelve un factor que obliga la intervención y regulación pública, toda vez que tal regulación busque corregir estos problemas,coadyuvar a la justicia social y satisfacer aspiraciones colectivas, para evitar así la miopía en el comportamiento económico [7].

En cuanto a la regulación de los ríos en el Perú, la Ley de reforma constitucional, Ley N° 30588, reconoce el derecho de acceso al agua como derecho constitucional, siendo que toda persona tiene el derecho a acceder de forma progresiva y universal al agua potable; para esto, el Estado prioriza el consumo humano sobre otro usos y promueve el manejo sostenible del agua. El marco legal también lo conforman la ley de recursos hídricos y la Ley general de Aguas. Sin embargo, la situación de los últimos años denota que aún hay aspectos por pulir, para un adecuado aprovechamiento de los recursos naturales. Lo cual, se debe en gran parte a la falta de conciencia ambiental en la sociedad y a la visión economicista del Estado. Respecto a esta última, desde la década de los 90, el Estado ha sido incapaz de pensar en términos de desarrollo humano, enfocándose principalmente en el crecimiento económico. Esto explicaría la ya mencionada “miopía economicista” que descarta un enfoque de derechos humanos, siendo que en lugar de dar provisión de agua potable a las poblaciones más vulnerables, se produce el atrevimiento de deteriorar sus fuentes naturales [3]. No obstante, el problema en cuestión también puede ser abordado desde una relación entre Derecho local, nacional e internacional, que si bien puede ser conflictiva, presenta potencialidades. Dentro de estas últimas, por ejemplo, están los (no exentos de debate) efectos emancipadores de la teoría de los derechos de la naturaleza, en donde se reconocen los derechos de los ríos como el Whanganui en el caso de Nueva Zelanda y Yamuna y Ganges en la India. Tal tendencia se viene expandiendo en un intento de preservar la naturaleza de la soberbia de la modernidad.

La problemática de los ríos puede ser abordada desde distintas perspectivas y enfoques, no obstante es lamentable no haber llegado a una solución, pese a que Chihiro la haya advertido de forma simbólica en el 2001. Aparentemente, aún nos es difícil visualizar la espina incrustada en los ríos, y mucho menos llegar a un trabajo conjunto para sustraerla -junto a la basura, petróleo y mascarillas- para así ayudar a nuestros dioses apestosos en que se han ido convirtiendo los ríos. 

Referencias:

[1] Hinojosa, R. (2021, 19 de julio). “El viaje de Chihiro” cumple 20 años: ¿Por qué es la película más reconocida de Hayao Miyazaki?. El Comercio. https://elcomercio.pe/luces/cine/el-viaje-de-chihiro-cumple-20-anos-por-que-es-la-pelicula-mas-reconocida-de-hayao-miyazaki-spirited-away-anime-netflix-noticia/?ref=ecr 

[2] Lopez, M. (2016, 28 de octubre). Perú: El 70 % de los ríos no puede ser desviado para consumo de agua en la costa. Mongabay. https://es.mongabay.com/2016/10/rios-hidroelectricas-mineria-petroleo-mongabay/ 

[3] Comisión RSU-Facultad de Derecho PUCP. (2021, 22 de marzo). Entrevista a Patricia Urteaga [entrevista]. Subcomisión de Medio Ambiente y Sostenibilidad. https://fb.watch/7YGlhmo-Oy/ 

[4] SPDA Actualidad Ambiental (2020, 20 de julio). ANA: residuos como mascarillas y guantes aumentaron en ríos y canales de regadío. https://www.actualidadambiental.pe/ana-residuos-como-mascarillas-y-guantes-aumentaron-en-rios-y-canales-de-regadio/ 

[5] Roselló, B. K. (2001). La reserva de actividades económicas a favor del Estado y el régimen de los monopolios en las Constituciones de 1979 y 1993. Ius et veritas (22), 272-306.

[6] Ortega, R. R. (2009). Derecho administrativo económico. Marcial Pons.

[7] Baldo, K., & Ochoa, C. (2009). Derecho constitucional económico. Lima, Perú: Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú.

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