El Lórax: Acción colectiva y consumo responsable por un mejor futuro

A menos que alguien como tú se interese de verdad, nada va a mejorar jamás.
Theodor Seuss Geisel

“El Lórax: En busca de la trúfula perdida” es una película animada de 2012 basada en el libro infantil escrito por Dr. Seuss “El Lórax”, el cual fue publicado en 1971. La película está dirigida por Chris Renaud y a través de un gran guión adaptado e interesantes animaciones transmite la problemática que representa la deforestación a raíz del consumismo. Asimismo, resalta la toma de conciencia ambiental y la importancia de las acciones conjuntas e inmediatas por un mejor futuro.

La película cuenta la historia de Ted Wiggins de 12 años, quien vive en Thneed-Ville una ciudad artificial donde no hay rastro de la naturaleza. Ted desea encontrar un árbol de verdad para impresionar a Audrey y ante ello su abuela le sugiere que hable con “El Una Vez”, un anciano que podría ayudarlo. Él narra sobre cómo conoció al Lorax, una criatura que cuidaba los árboles de trúfula. En principio, El Una Vez deseaba realizar un emprendimiento cuyo principal insumo era el follaje de la trúfula y para ello debía talar aquellos árboles. No obstante, el Lórax lo convence de que no lo haga, hasta que llega la familia de El Una Vez y lo presiona para que lo haga a raíz de que su emprendimiento se había convertido en un éxito.

Aquello sería el principio del fin dado que la ambición desmesurada de El Una Vez y su familia destruyó el bosque de trúfulas haciendo que los osos, peces y demás animales que habitaban ahí tuvieran que migrar a otro ecosistema. Junto con ellos se iría el Lorax, quien dejó en una piedra la frase: “A menos que…”. El Una Vez llega a comprender el significado de aquella frase y le da a Ted la última semilla de trúfula para que pueda sensibilizar a la ciudad y revivir el bosque. Sin embargo Ted tendrá un impedimento: luchar contra el Sr. O’Hare, quien es el propietario de una compañía de oxígeno embotellado y a quien no le conviene que los árboles vuelvan a existir puesto que ello acabaría con su negocio.

De este modo, la película hace referencia a la indiferencia colectiva ante la producción no responsable y sus efectos en el medio ambiente. Como se observa, los habitantes de la ciudad no cuestionan y se sienten satisfechos con el paisaje artificial que los rodea, como son por ejemplo, los árboles hechos de focos y plástico. En muchas escenas de la película sale la pregunta: ¿Para qué necesitas un árbol?

De igual manera, se ve como subsiste exitosamente el negocio de oxígeno embotellado del Sr. O’Hare, quien deseaba que su negocio siguiera creciendo a toda costa, sin importar los efectos que tenían sus productos en el medio ambiente y en la vida de las personas. El Sr. O’Hare desea que las personas vivan en la desinformación y disfrutando, casi a la fuerza, de una ciudad falsa y amurallada. Solo así él podrá seguir percibiendo las ganancias de sus productos y el consecuente poder que ello conllevaba.

Estas escenas no se alejan de la realidad que nos rodea, donde el consumismo desmesurado se ha vuelto una de las principales causas de la crisis climática que afrontamos. En los últimos años, junto con el desarrollo de la tecnología, las comunicaciones y el marketing, se ha consolidado la industria fast fashion. Este último concepto alude a la producción en gran cantidad de volúmenes de ropa en función de las tendencias de moda y cuyo material es de baja calidad para garantizar un precio barato, ello hace que esta ropa dure muy poco tiempo y tenga que desecharse más rápido [1]. A estos efectos es importante señalar que no solo se trata de la producción de más basura y la emisión de gases de efecto invernadero, sino también de la destrucción y agotamiento de los recursos naturales. Para producir estas prendas se utilizan millones de litros de agua, por ejemplo, para unos jeans se utilizan 11 000 litros de agua y para un polo de algodón entre 1 200 y 4 000 libros de agua [2].

A esta problemática se suma la de la obsolescencia programada. Este concepto hace referencia a la vida útil que la fábrica le da a un producto, pasado ese tiempo, este producto se volverá obsoleto [3]. En tal sentido, el tiempo de funcionamiento es cada vez más corto para que los consumidores se vean obligados a adquirir un producto similar o de nueva generación. Sin perjuicio de lo señalado, existen 3 tipos de obsolescencia: de funcionalidad, de calidad y de deseo. La primera de ellas hace referencia a la salida de un producto con características más avanzadas al mercado; la segunda alude al descrito anteriormente, es decir, las fallas y mal funcionamiento previsto por la fábrica; y la tercera obsolescencia alude a que por cuestiones de moda o estilo se induce a las personas a comprar un producto más avanzado [3]. Acorde a la Organización de las Naciones (ONU) [4], en el año 2019 se generaron 53.6 millones de basura electrónica y ante ello se advirtió la urgente necesidad de realizar esfuerzos para retirar equipos electrónicos y que la producción de estos sea efectivamente sustentable. A estas industrias se suma la de los alimentos enlatados o sobre empaquetados, la industria ganadera, etc.

Ante ello, es posible plantear un panorama optimista, como también se desarrolla en el Lórax, personaje que junto con los animales del bosque representan a la conciencia ambiental que los seres humanos olvidamos o invalidamos excusándonos en su “poca importancia”. Como se ve en la película, una vez que Ted y Audrey explican a las personas de la ciudad que aquella semilla de trúfula les brindaría oxígeno gratuito debido a su proceso de fotosíntesis, todas y todos interiorizan aquella información y deciden que deben dejarla crecer. Paralelamente en nuestra realidad, el acceso a la información, la efectiva toma de conciencia ambiental y la acción colectiva a través del emprendimiento de soluciones sostenibles podrán asegurar nuestro futuro.

Referencias:

[1] Greenpeace México (2021). Fast fashion: de tu armario al vertedero. https://www.greenpeace.org/mexico/blog/9514/fast-fashion/

[2] Verde y Azul (2020). Moda letal: 11.000 litros de agua para unos vaqueros. https://verdeyazul.diarioinformacion.com/impacto-de-la-ropa.html

[3] EcoInventos (2020). ¿Qué es la obsolescencia programada? https://ecoinventos.com/que-es-obsolescencia-programada/

[4] Gestión (2020). En el 2019 se generaron 53.6 millones de toneladas de basura electrónica. https://gestion.pe/mundo/internacional/en-el-2019-se-generaron-536-millones-de-toneladas-de-basura-electronica-noticia/?ref=gesr

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