El transporte público eléctrico: ¿Una solución viable para el cuidado del medio ambiente y el bienestar de los limeños?

Artículo RUA en Conexión Ambiental

Escrito por Patricia Victoria Vásquez Manrique, estudiante del séptimo ciclo de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú y miembro de la Comisión de Investigación de la Red Universitaria Ambiental (RUA).

Introducción

En Lima, la gran mayoría de ciudadanos dependen del transporte público para poder movilizarse en su día a día. Sin embargo, este medio de transporte, que opera principalmente con combustibles fósiles, está generando serios impactos negativos en el medio ambiente y en la salud de la población. Una noticia alarmante señala que el nivel de contaminación del aire en Lima es casi tres veces mayor al límite recomendado por la Organización Mundial de la Salud (en adelante, OMS) [1], lo cual demuestra que la situación es crítica. Ello abre paso a un nuevo panorama: el de los vehículos eléctricos o la tan llamada “electromovilidad”, que podría representar una alternativa para reducir la contaminación ambiental y mejorar el bienestar de los limeños. Actualmente, diversos “países de primer mundo” apuestan por este tipo de transporte. No obstante, ¿sería viable la implementación de un transporte público eléctrico en Lima como una solución para mejorar el bienestar de los ciudadanos y reducir el impacto ambiental? En ese sentido, este artículo abordará, en primer lugar, cómo el actual sistema de transporte vehicular afecta al medio ambiente y a la salud; y, en segundo lugar, se expondrán los beneficios, desafíos y avances que existen en torno a la electromovilidad. 

La crisis del transporte vehicular en Lima: su impacto ambiental y en la salud

En los últimos años, el transporte público en Lima ha enfrentado una crisis debido a la falta de planificación y al crecimiento desordenado de la ciudad. Asimismo, la congestión vehicular se ha convertido en el martirio diario para miles de limeños, quienes tardan largas horas atrapados en el tráfico. Sin embargo, este escenario, no solo afecta la fluidez del tránsito, sino que también agrava la contaminación ambiental, especialmente la calidad del aire. Esto se debe a que los vehículos tradicionales, que utilizan combustibles fósiles como el diésel, la gasolina y el petróleo, al quemarse en el motor y combinarse con el oxígeno del aire, emiten gases como el dióxido de carbono (en adelante, CO₂), los cuales generan un impacto negativo en el medio ambiente como en la salud de las personas [2].

Uno de los principales factores que contribuyen a esta crisis es la obsolescencia del parque automotor. El transporte público tradicional suele ser altamente contaminante debido a la antigüedad y a la falta de mantenimiento de muchos de sus vehículos. La Autoridad de Transporte Urbano de Lima y Callao (en adelante, ATU) reveló que solo el parque automotor genera el 58% de la contaminación del aire. Asimismo, señaló que el 30,6% de vehículos del transporte público (cuya flota supera las 22 mil unidades) tiene más de 15 años de antigüedad, lo que representa un riesgo para la salud pública [3] [4]. Por tanto, la crisis vehicular en Lima no solo perjudica la movilidad, sino que también agrava la contaminación ambiental y pone en riesgo la salud de los limeños, lo que hace urgente adoptar soluciones sostenibles y eficaces para mitigar su impacto.

Ahora bien, la contaminación generada por el transporte público ocasiona repercusiones que pueden ser perjudiciales en la salud y en la calidad de vida de la población. Se ha comprobado que uno de los lugares con mayor concentración de contaminantes como el CO₂, el monóxido de carbono (CO) y las partículas de suspensión (en adelante, PM2.5 y PM10) es el Centro Histórico de Lima. Cabe destacar que la concentración de estos contaminantes excede las normas establecidas por la OMS, ya que afectan y aceleran el desarrollo de enfermedades. Entre estas destacan tres tipos: enfermedades cardiovasculares, pulmonares e Infecciones Respiratorias Agudas (en adelante, IRAS). Las enfermedades cardiovasculares pueden manifestarse en cardiopatías o en derrames cerebrales; en cuanto a las IRAS, se presentan comúnmente en forma de rinitis o neumonía [2].

Asimismo, la contaminación del aire no solo puede provocar afecciones respiratorias. Se ha comprobado que una exposición a largo plazo a los contaminantes del aire, incluyendo PM2.5, incrementa el riesgo de padecer psoriasis, una enfermedad crónica a la piel. Los más vulnerables ante estas enfermedades respiratorias y dermatológicas son los niños, los adultos mayores y las personas con enfermedades pulmonares preexistentes [2] [5]. 

Como se ha mencionado, la crisis vehicular en Lima ha intensificado la contaminación del aire, lo cual repercute negativamente en la salud de la población. La exposición a contaminantes como PM2.5 y PM10 agrava enfermedades respiratorias y eleva el riesgo de padecer enfermedades crónicas. Por ello, la implementación de vehículos eléctricos en el transporte público se presenta como una alternativa viable para reducir estas emisiones y, de este modo, mejorar la calidad del aire, proteger la salud de los limeños y fomentar un entorno más saludable.

Beneficios, desafíos y avances de la electromovilidad en el transporte público de Lima

Uno de los principales beneficios de implementar un transporte público eléctrico es la disminución del impacto ambiental asociado a la combustión de petróleo. Diversas investigaciones demuestran que los vehículos eléctricos generan un impacto ambiental significativamente menor en comparación con los de motor de combustión fósil. Eso se debe a que los primeros utilizan energía eléctrica almacenada en baterías, que se transforma en energía mecánica mediante un motor eléctrico [6]. Por tanto, al no depender de la quema de combustibles fósiles, los vehículos eléctricos no emiten gases de efecto invernadero ni contaminan el aire.

Asimismo, un sistema de transporte público eléctrico permitiría reducir la exposición a los contaminantes emitidos por los vehículos tradicionales. Estos, al utilizar combustibles como el diésel, gasolina o petróleo, liberan gases como el CO₂, cuya inhalación prolongada es perjudicial para la salud y puede provocar enfermedades respiratorias y cardiovasculares [2]. En consecuencia, la adopción de buses eléctricos podría contribuir al incremento de la esperanza de vida de los ciudadanos limeños, al disminuir significativamente la presencia de agentes tóxicos en el ambiente. 

Por otro lado, la adquisición de vehículos eléctricos podría traducirse, como en el caso de Chile, en un ahorro del 40% en costos de operación y mantenimiento. Esto se debe a su mecánica sencilla y menos piezas que cambiar y reparar, limitándose así a una revisión anual, en comparación con los vehículos diésel, que demandan mantenimientos constantes [7] [8]. Este ahorro se debe principalmente a “las baterías y su vida útil de 10 años” [8]. Por tanto, la implementación de transporte eléctrico no solo traería beneficios ambientales y sanitarios, sino que también económicos a largo plazo.

No obstante, la transición a un transporte público eléctrico en Lima enfrenta numerosos desafíos. Si bien el Estado ha mostrado cierto interés en promover la electromovilidad, sus esfuerzos siguen siendo limitados y aún no se ha implementado políticas claras y efectivas para facilitar esta transición. 

Uno de los principales obstáculos es el elevado costo de fabricación de las baterías, el cual es considerablemente más alto que el de un vehículo de motor de combustión interna. Por ejemplo, el valor aproximado de un bus eléctrico es de $500 mil dólares, casi el triple del costo de un bus convencional y el doble del de uno a gas. Esta diferencia económica ha llevado a que, por lo general, se prefiera la adquisición de buses diésel, debido a su menor costo inicial [6] [7]. En este contexto, un plan de renovación del parque automotor por vehículos eléctricos se torna desventajoso para el Estado por razones presupuestales.

Otro desafío importante es la falta de infraestructura de recarga eléctrica, lo que limita considerablemente la autonomía de los vehículos eléctricos [9]. Además, los tiempos de recarga suelen ser prolongados, alcanzando hasta 8 horas aproximadamente [10], en contraste con los vehículos de combustión interna, que solo requieren unos minutos para abastecerse de combustible. Por ende, la implementación del transporte público eléctrico en una ciudad como Lima, que carece actualmente de estaciones de recarga suficientes, resulta poco viable en el corto plazo.

A pesar de los retos mencionados, existen algunos avances concretos que evidencian una incipiente transición hacia la electromovilidad en Lima. Un caso destacado es el de la Línea 1 del Metro de Lima, un medio de transporte sostenible que funciona mediante la recolección de electricidad a través de un pantógrafo, el cual alimenta el motor eléctrico del tren [11]. Gracias a su funcionamiento eléctrico, esta línea ha logrado reducir significativamente las emisiones de dióxido de carbono en la ciudad, consolidándose como una opción ecoamigable [12]. Además, su infraestructura ayudaría a reducir la congestión vehicular, otra gran problemática de una ciudad contribuye a reducir la congestión vehicular, otra problemática crítica de la capital. Actualmente, la Línea 1 opera de forma continua y estable, lo que la convierte en una alternativa segura y eficiente. 

Otra gran iniciativa que complementa esta transición es la implementación de buses eléctricos a flotas que son principalmente predominadas por vehículos de diesel. Por ejemplo, en el distrito de San Isidro ya circulan algunos buses eléctricos como parte de proyectos piloto para impulsar la electromovilidad. Asimismo, se ha anunciado que 150 buses eléctricos se sumarán a la flota del Metropolitano a inicios de 2026, como parte del proceso de modernización del sistema de transporte urbano de Lima [13]. Estas acciones demuestran que existen caminos viables y que, con la inversión adecuada, la implementación del transporte eléctrico en la ciudad es posible.

Finalmente, un avance importante, en la electromovilidad, fue la aprobación del Proyecto de Ley N° 3203/2022-CR. Aunque esta iniciativa fue presentada en 2022, su aprobación se concretó recién el año pasado. Su objetivo principal es el promover un sistema de transporte público eléctrico de calidad para el usuario [14]. Si bien la existencia de la Línea 1, la implementación de buses eléctricos y la aprobación de esta ley representan pasos significativos hacia la modernización del sistema de transporte público limeño, la ausencia de una infraestructura adecuada y la lentitud en la implementación de políticas concretas siguen siendo obstáculos importantes para una transición efectiva.

Conclusión

En conclusión, el transporte público en Lima atraviesa una crisis estructural que afecta tanto la calidad del aire como la salud de los ciudadanos. La contaminación generada por vehículos obsoletos incrementa la presencia de gases como el CO₂, PM2.5 y PM10, lo que agrava enfermedades respiratorias, cardiovasculares y dermatológicas. Frente a este panorama, la electromovilidad surge como una alternativa sostenible que podría mejorar la calidad del aire, proteger la salud de los limeños y generar un ahorro económico a largo plazo.

Sin embargo, la transición hacia un sistema de transporte público eléctrico aún no resulta plenamente viable en Lima debido a distintos factores. Por un lado, los altos costos de adquisición de buses eléctricos y de fabricación de baterías desincentivan su compra por parte del Estado. Por otro lado, la ausencia de una infraestructura de recarga eléctrica limita su autonomía y funcionalidad.

Ante esta situación, resulta urgente que el Estado promueva una política pública de electromovilidad que contemple incentivos económicos, inversión adecuada en una nueva infraestructura y la renovación progresiva del parque automotor. Asimismo, es esencial implementar campañas de concientización sobre los beneficios del transporte eléctrico. En este sentido, el modelo del tren eléctrico debe considerarse una opción exitosa y replicable, que, de ser expandida e integrada a otros sistemas de transporte, podría transformar la movilidad en Lima y contribuir a una ciudad más limpia, eficiente y sostenible.

Referencias bibliográficas

[1] El nivel de contaminación del aire en Lima es casi tres veces el límite que recomienda la OMS. (24 de noviembre de 2024). Forbes Perú. https://forbes.pe/actualidad/2024-11-29/el-nivel-de-contaminacion-del-aire-en-lima-es-casi-tres-veces-el-limite-que-recomienda-la-oms

[2] Méndez, J. (2017). Parque automotor y contaminación ambiental en el Centro Histórico de Lima [Tesis, Universidad Nacional Mayor de San Marcos]. https://hdl.handle.net/20.500.12672/6200

[3] Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ). (2020). NAMA Support Project TRANSPerú. https://www.giz.de/en/downloads/Factsheet_NAMA%20Support%20Project%20(TRANSPer%C3%BA)_ES.pdf

[4] Ministerio de Transportes y Comunicaciones del Perú. (17 de agosto de 2023). El 58% de la contaminación del aire en Lima y Callao es provocado por el parque automotor. Plataforma del Estado Peruano. https://www.gob.pe/institucion/mtc/noticias/55858-mtc-el-58-de-la-contaminacion-del-aire-en-lima-y-callao-es-provocado-por-el-parque-automotor

[5] Kim, R. Takeshita, J., & Abuabara, K. (2024). Air pollution and inflammatory skin disease—Can clinicians make recommendations to reduce risk? JAMA Network Open, 7(7), e2421633. https://doi.org/10.1001/jamanetworkopen.2024.21633

[6] García Bernal, N. (2019). Electromovilidad: Tendencias y experiencia nacional e internacional. Biblioteca del Congreso Nacional de Chile. https://obtienearchivo.bcn.cl/obtienearchivo?id=repositorio/10221/27343/1/BCN___Electromovilidad_Experiencias_comparadas_.pdf

[7] Bellido, D., De La Cruz, G., Hidalgo, J., Ore, L, & Taype, L. (2018). Análisis de la propuesta de incentivos para implementar buses eléctricos en el transporte público de Lima: viabilidad normativa y económica desde el sector privado y público. [Tesis de maestría, Universidad ESAN]. https://repositorio.esan.edu.pe/items/f1defc11-0f9b-4488-b9e6-321113cff4ca

[8] Vilcachagua, J. (2013). Aspectos regulatorios a considerar en la incorporación de los vehículos eléctricos en el mercado eléctrico peruano [Tesis de maestría, Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas]. Repositorio Académico UPC. https://repositorioacademico.upc.edu.pe/bitstream/handle/10757/316476/vilcachagua_nj-rest.pdf.

[9] Sanz, I. (2015). Análisis de la evolución y el impacto de los vehículos eléctricos en la economía europea [Trabajo de fin de grado, Universidad Pontificia Comillas]. Repositorio Comillas. https://repositorio.comillas.edu/xmlui/bitstream/handle/11531/3803/TFG001112.pdf

[10] Gil, S., & Prieto, R. (2013). Los autos eléctricos: ¿hacia un transporte más sustentable? Petrotecnia, LIV(3), 43–59. https://www.fisicarecreativa.com/papers_sg/papers_sgil/Gas/AutorElectricos_Petrot_2013.pdf

[11] Transporte sostenible: destacan uso de la Línea 1 del Metro como opción ecoamigable. (8 de abril de 2024). El Peruano. https://www.elperuano.pe/noticia/253146-transporte-sostenible-destacan-uso-de-la-linea-1-del-metro-como-opcion-ecoamigable

[12] Línea 1 del Metro de Lima. (2020). Informe de sostenibilidad 2020. https://www.lineauno.pe/wp-content/uploads/2021/07/Informe-de-sostenibilidad-2020.pdf

[13]  El Metropolitano se electrifica: 150 buses eléctricos se unirán a la flota a inicios de 2026. (17 de enero de 2025). Transporte sostenible. https://transportesostenible.com.pe/el-metropolitano-se-electrifica-150-buses-electricos-se-uniran-a-la-flota-a-inicios-de-2026/

[14] Proponen Ley general de electromovilidad. (13 de abril de 2022). El Peruano. https://www.elperuano.pe/noticia/193587-proponen-ley-general-de-electromovilidad

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