Escrito por Brisa Goycochea, miembro del consejo editorial
En la Tercera etapa de la Revolución Industrial, la cual surgió a mediados del siglo XX, hubo una gran aparición de descubrimientos tecnológicos y científicos entre los años 70 y 80. En este periodo se iniciaron las pre-bases para la aparición del internet como un nuevo medio de comunicación que permitió mejorar la globalización, así como el desarrollo de la radio, la televisión y el cine. Asimismo, se mejoraron los medios de transporte (en torno a aviación y astronáutica), se apoyó a las energías renovables y se fomentó el desarrollo del I+D [1].
La generación de energía nuclear ha existido desde la década de 1960, pero experimentó un crecimiento masivo a nivel mundial en las décadas de 1970, 80 y 90 [1]. La energía nuclear es una fuente de energía baja en carbono. La electricidad en esta actividad es generada por centrales eléctricas que derivan su calor de la fisión en un reactor nuclear. Una planta de energía nuclear posee bombas, válvulas, generadores de vapor, turbinas, generadores eléctricos, condensadores y equipos asociados [3].
En 2019, poco más del 4% de la energía primaria mundial (electricidad, transporte y calefacción) provino de la energía nuclear [2]. Según la World Nuclear Association (2023) la energía nuclear ahora proporciona alrededor del 10% de la electricidad del mundo de unos 440 reactores de potencia. Asimismo, la energía nuclear es la segunda fuente mundial de energía baja en carbono (26% del total en 2020). Cabe resaltar que más de 50 países utilizan energía nuclear en unos 220 reactores de investigación, además, los reactores sirven para la producción de isótopos médicos e industriales [4].
Como se ha podido evidenciar, la energía nuclear se ha ido perfeccionando gracias a la investigación y al desarrollo de nuevas tecnologías. Con el paso del tiempo, la necesidad constante del ser humano de supervivencia y mejora de la calidad de vida ha aumentado. Sin embargo, para poder mirar hacia el futuro debemos observar los sucesos del pasado. Las lecciones históricas respecto al uso de la energía nuclear nos muestran lo importante que es la seguridad para el medio ambiente y la salud. Por lo anterior, es importante analizar uno de los peores accidentes nucleares de la historia:
El desastre nuclear de Chernobyl ocurrido el 26 de abril de 1986, en Ucrania
La estación central eléctrica de Chernobyl situada en Pryp’yat, 10 millas al noroeste de la ciudad de Chernobyl y 65 millas al norte de Kiev, constaba de cuatro reactores, cada uno capaz de producir 1.000 megavatios de energía eléctrica [3]. El accidente se produjo durante una prueba de seguridad en el reactor número 4, cuando una serie de errores humanos y técnicos provocaron una explosión ingente que liberó una gran cantidad de material radiactivo en la atmósfera.
Los sucesos fueron los siguientes:
Los trabajadores de la central nuclear apagaron el sistema de regulación de energía del reactor y los sistemas de seguridad de emergencia, retiraron la mayoría de las barras de control del núcleo mientras permitían que el reactor continuara funcionando al 7% de potencia.
A la 1:23 de la madrugada del 26 de abril la reacción en cadena en el núcleo se salió de control, provocando varias explosiones que desencadenaron una gran bola de fuego y volaron la pesada tapa de acero y concreto del reactor.
Por los incendios en cadena en el núcleo del reactor de grafito se liberaron grandes cantidades de material radiactivo a la atmósfera, las cuales fueron transportadas a grandes distancias por las corrientes de aire. También se produjo una fusión parcial del núcleo [3].
Incertidumbre ante la tragedia: Ucrania vs Unión Soviética
La periodista Irena Taranyuk, del servicio ucraniano de la BBC, cuenta que «Ocultaron la gravedad del accidente desde el principio y se negaron a evacuar Kiev”. El gobierno soviético cortó las redes telefónicas, y a los ingenieros y trabajadores de la planta nuclear se les prohibió compartir las noticias sobre lo ocurrido con sus amigos y familiares, explica Plokhii actual director del Instituto de Investigación Ucraniano de la Universidad de Harvard, en Massachusetts, Estados Unidos [5].
Por otro lado, el 27 de abril los 30.000 habitantes de Pryp’yat fueron evacuados en un intento por encubrir el incidente y preservar la salud pública [3]. Adam Higginbotham, autor de Midnight in Chernobyl explica que “la reacción inmediata del gobierno de turno fue ocultar la tragedia” debido a que se “desconocía” la magnitud del incidente [4].
El 28 de abril del mismo año las estaciones de monitoreo suecas informaron niveles anormalmente altos de radiactividad transportada por el viento y presionaron al gobierno soviético para obtener una explicación al respecto [4]. El gobierno de turno presidido por Mijaíl Gorbachov tuvo que admitir que había habido un accidente en Chernobyl, ello provocó una protesta internacional sobre los peligros planteados por las emisiones radiactivas, pues se habían estado esparciendo nubes radioactivas por todo el hemisferio norte de la Tierra, desde Checoslovaquia hasta Japón [5].
El 4 de mayo de 1986, el calor y la radiactividad que se filtraba del núcleo del reactor fueron contenidos, aunque con gran riesgo para los trabajadores. Los desechos radiactivos se enterraron en 800 sitios temporales, y más tarde en el año el núcleo del reactor altamente radiactivo fue encerrado en un sarcófago de concreto y acero (que más tarde se consideró estructuralmente incorrecto) [2].
Consecuencias en el medio ambiente
La explosión provocó un incendio que duró varios días y emitió grandes cantidades de material radiactivo a la atmósfera. Entre 50 y 185 millones de curies de radionucleidos (formas radiactivas de elementos químicos) escaparon al medio ambiente contaminando el aire, el agua y el suelo en gran parte de Europa [2].
Se produjo lluvia radiactiva, la cual se asentó en los pastizales de toda la región. Esto contaminó los suministros de leche y verduras de hoja que se consumieron en los días inmediatamente posteriores al incidente. Millones de acres de bosques y tierras de cultivo fueron contaminados. Además, en los años siguientes muchos animales nacieron deformes, y entre los seres humanos se esperaban varios miles de enfermedades inducidas por la radiación y muertes por cáncer a largo plazo [2].
Consecuencias en la salud pública
Entre 2 y 50 personas murieron en las explosiones iniciales, y decenas más contrajeron graves enfermedades producto de la radiación, algunas de las cuales fallecieron posteriormente. Respecto a los decesos causados por el incidente nuclear, Our World Data in (H.Ritchie et al) señala lo siguiente:
- 2 trabajadores murieron en la explosión.
- 28 trabajadores y bomberos murieron en las semanas siguientes al síndrome de radiación aguda (ARS).
- 19 sobrevivientes del ARS habían muerto más tarde, en 2006. La mayoría por causas no relacionadas con la radiación, pero no es posible descartarlas todas (especialmente cinco que estaban relacionadas con el cáncer).
- 15 personas murieron de cáncer de tiroides debido a la contaminación de la leche. Estas muertes fueron entre los niños que estuvieron expuestos a 131I de leche y alimentos en los días posteriores al desastre. Esto podría aumentar a entre 96 y 384 muertes, sin embargo, esta cifra es muy incierta [2].
Actualmente no hay evidencia de impactos adversos para la salud en la población general en los países afectados o en toda Europa.
En conclusión, la explosión fue causada por una combinación de factores, incluyendo un diseño defectuoso del reactor, errores humanos y una falta generalizada de medidas de seguridad adecuadas. El desastre tuvo graves consecuencias para la salud pública y el medio ambiente, y sigue siendo objeto de estudio y debate hasta el día de hoy.
Instrumentos jurídicos de derecho internacional nuclear que se implementaron por el incidente de Chernobyl
El desastre nuclear de Chernobyl en 1986 llevó a la adopción de varios instrumentos de derecho internacional nuclear para mejorar la seguridad y la responsabilidad en la industria nuclear. Algunos de estos instrumentos incluyen:
La Convención sobre la Pronta Notificación de Accidentes Nucleares (aprobada por la Conferencia General del Organismo Internacional de Energía Atómica y ratificada por 146 países el 27 de octubre de 1986) y el Convenio sobre Asistencia en caso de Accidente Nuclear o Emergencia Radiológica (aprobado por la OIEA y ratificada por 112 países) establecen un marco para la notificación temprana y la asistencia en caso de un accidente nuclear [6].
La Convención sobre Responsabilidad Civil por Daños Nucleares (ratificada el 12 de noviembre de 1977) y el Protocolo Común relativo a la Aplicación de la Convención de Viena y del Convenio de París (27 de abril de 1992) establecen un marco para la responsabilidad civil por daños nucleares [7].
Las Normas Básicas Internacionales en materia de protección radiológica ionizante (La OIEA es el encargado de elaborar estas normas, que se actualizan periódicamente para reflejar los avances científicos y tecnológico) y las Normas de Seguridad sobre Fuentes de Radiación (publicadas por la OIEA) establecen normas y directrices para la seguridad nuclear y la protección radiológica [8].
Estos instrumentos han sido adoptados por muchos países y organizaciones internacionales, y han ayudado a mejorar la seguridad y la responsabilidad en la industria nuclear.
Conclusiones
El mal diseño del reactor nuclear de la planta permitió que el material radiactivo se derramara a la atmósfera, era necesario que se implemente una estructura de contención en el reactor. La pérdida de agua de refrigeración en forma de vapor sirvió para acelerar los niveles de reactividad creando un circuito de retroalimentación positiva hacia la explosión. La información sobre el material radiactivo en el aire no llegó a los residentes de las áreas aledañas al desastre. La URSS tardó más de tres días en admitir el incidente. Una planta sueca detectó los niveles de radionucleidos mediante sus sensores y exigió explicaciones al gobierno de Mijaíl Gorbachov.
En conclusión, la tragedia de Chernobyl fue uno de los desastres nucleares más atemorizantes para la salud y el medio ambiente a nivel mundial, pues se estima que aproximadamente 4,808 casos de cáncer de tiroides en niños y adolescentes podrían estar relacionados con la exposición a la radiación de leche y alimentos contaminados [2]. Por todo lo anterior, es necesario que los países que desarrollan sus actividades en base a energía nuclear implementen los instrumentos de derecho internacional nuclear para el rápido accionar. De ese modo, se podrá mejorar la seguridad nuclear y la protección radiológica y prevenir futuros accidentes que puedan poner en riesgo la salud y el medio ambiente.
Referencias Bibliográficas
[1] La Red Cultural Del Banco De La República, E. |. (2021). Las revoluciones industriales – Enciclopedia | La Red Cultural del Banco de la República. Enciclopedia | La Red Cultural Del Banco De La República. https://enciclopedia.banrepcultural.org/index.php/Las_revoluciones_industriales
[2] Ritchie, H. (2022 de octubre de 27). Energía. Nuestro mundo en datos. https://ourworldindata.org/nuclear-energy
[3] Los editores de la Enciclopedia Británica. (2023, 8 de septiembre). Desastre de Chernóbil | Causas, efectos, muertes, videos, ubicación y hechos. Enciclopedia Británica. https://www.britannica.com/event/Chernobyl-disaster
[4] La energía nuclear hoy | Energía nuclear – Asociación Nuclear Mundial. (s.f.). https://world-nuclear.org/information-library/current-and-future-generation/nuclear-power-in-the-world-today.aspx
[5] BBC News Mundo. (2019, May 29). Chernobyl: cómo el gobierno de la Unión Soviética trató de ocultar la mayor catástrofe nuclear de la historia y cómo se enteró el mundo. BBC News Mundo. https://www.bbc.com/mundo/noticias-48432902
[6] Convenciones sobre seguridad nuclear. (n.d.). OIEA. https://www.iaea.org/es/temas/convenciones-sobre-seguridad-nuclear
[7] Convenciones y convenios sobre responsabilidad nuclear. (n.d.). OIEA. https://www.iaea.org/es/temas/convenciones-y-convenios-sobre-responsabilidad-nuclear
[8] De La Salud, O. M. (2016). Protección radiológica y seguridad de las fuentes de radiación: Normas básicas internacionales de seguridad. OIEA. https://www.iaea.org/es/publications/10812/proteccion-radiologica-y-seguridad-de-las-fuentes-de-radiacion-normas-basicas-internacionales-de-seguridad