Las ventajas y desventajas de los proyectos REDD+: ¿Son realmente efectivos?

Escrito por Andrea Mendívil, miembro de la Comisión de Investigaciones de la Red Universitaria Ambiental (RUA).

¿QUÉ SON LOS PROYECTOS REDD+?

Los bosques representan el 31% de la tierra [1]. Con 178 millones de hectáreas de bosque deforestadas desde 1990 [2], la deforestación y degradación de bosques representa el 11% de los gases de efecto invernadero emitidos 3]. Ante ello, y, con miras a lograr la meta de no superar la subida de 1,5 °C para el 2030, se crean los proyectos REDD+.

Los proyectos REDD+, “Reducción de las emisiones debidas a la deforestación y la degradación de los bosques”, son una iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) formulada bajo el marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). En 2013, se alcanzó una primera meta con el Marco de REDD+ de Varsovia, el cual establecía una guía uniformizada sobre cómo debían llevarse a cabo los proyectos. En 2015, estos se volvieron una política obligatoria a partir del Acuerdo de París (COP21), con 2020 como fecha límite para el inicio de su ejecución [4].

Estos proyectos consisten en pagos transferidos a los usuarios primarios de un bosque por la conservación y gestión sostenible verificada del mismo. De esta manera, es un mecanismo de pagos por servicios ecosistémicos (PSE) voluntarios, en el cual empresas o individuos del sector privado, pueden comprar bonos de carbono, los cuales se utilizan para financiar proyectos liderados por la comunidad, que permitan generar formas de ingreso alternativas y resolver los problemas locales específicos relacionados a los bosques, y, por ende, las emisiones de carbono [5].

Por ejemplo, el proyecto de “Reducción de deforestación y degradación en la Reserva Nacional de Tambopata y en el Parque Nacional de Bahuaja-Sonene dentro de Madre de Dios” de la Asociación para la Investigación y Desarrollo Integral (AIDER) consta de pagos condicionados a los miembros de las comunidades dentro del área de acción cuando estos realicen actividades económicas forestales. El objetivo específico es evitar la migración de la comunidad hacia actividades económicas que afecten negativamente a los bosques, como son la minería y la agricultura. Asimismo, hasta el momento, estos pagos fueron financiados por compras de bonos de carbono, transados en los mercados electrónicos de APX y Markit, por individuos y empresas como Pacífico Seguros, KPN, y Essential Nederland BV [6].  

Si bien los proyectos REDD+ son obligatorios para los países que pertenecen a la ONU, en la actualidad, quienes actúan como aliados son 65 países, principalmente, pertenecientes a África, Asia, Sudamérica y Centroamérica. Los actores que tienen mayor participación en su ejecución son las ONG’s, como Plan Vivo, o fondos manejados por organismos internacionales, como el Forest Carbon Partner Facility Carbon Fund. Estos últimos, trabajan aliados con gobiernos para la ejecución y financiación inicial de los proyectos. 

Por el lado de los gobiernos nacionales, varios de ellos tienen lineamientos iniciales de cómo llevar a cabo el mecanismo REDD+, sin embargo, estos todavía no se ejecutan de forma generalizada. Este es el caso de Perú, en el que únicamente se han desarrollado 32 proyectos [7], tanto en curso como finalizados, y son manejados por ONG’s como AIDER, Pur Projet, y Ecotierra, entre otros. 

En cuanto a la participación gubernamental, el Ministerio del Ambiente (MINAM) aprobó el “Lineamiento para la identificación y clasificación  de las Acciones REDD+” en 2021, lo que permite inscribir los proyectos REDD+ en el Registro Nacional de Medidas Mitigación (RENAMI) y acceder al Pago por Resultados y mercados de carbono [8]. Asimismo, el Estado Peruano ha sido fuente de financiamiento para algunos de los proyectos a través de donaciones y ha sido aliado en la ejecución de los mismos a través de PROFONANPE, MINAM y SERNANP.

VENTAJAS DE LOS PROYECTOS REDD+

Los proyectos REDD+ tienen dos principales ventajas sobre otros tipos de proyectos. En primer lugar, como se mencionó anteriormente, el mecanismo REDD+ se basa en un sistema de PSE. Este parte de la clasificación de tipo de bien del recurso natural y del principio de los subsidios pigovianos [9]. 

En cuanto a la clasificación, los bosques suelen tratarse como bienes públicos, ya que cumplen con las características de la no exclusión y la no rivalidad. La no exclusión implica que, al disponer del bien, es muy difícil impedir que el resto de personas hagan uso de este. Esto significa que es muy difícil mantener un régimen de propiedad privada, y que las externalidades negativas, como la degradación y deforestación, no son cubiertas por ningún agente. Los bosques, específicamente, brindan servicios ecosistémicos como la protección contra la erosión o la biodiversidad. Estos, a su vez, traen beneficios para los usuarios; mantener suelos fértiles y el ecosistema, y consecuentemente, proveer alimento y medios de vida. De esta manera, solamente por la existencia de un bosque, cualquier persona que se localice en este puede hacer uso del bien, y debido a su geografía y la baja capacidad gubernamental, el establecimiento de concesiones o el monitoreo no es suficiente para excluir a los demás potenciales usuarios [10]. 

Asimismo, la no rivalidad implica que el consumo de una persona no reduce las posibilidades de consumir de las demás. Los bosques proveen muchos servicios ecosistémicos distintos, por lo que, mientras los bosques existan, muchos de estos pueden coexistir, y tener distintos niveles de no rivalidad. Un ejemplo de ello es el soporte  ecosistémico y la mitigación de inundaciones, que pueden ser usados por todos los usuarios simultáneamente, sin que el uso de uno disminuya la disponibilidad para el otro. Dadas estas características, al intentar proteger los bosques se encuentran grandes problemas, principalmente, si el bosque es un bien público y no pertenece a nadie, ¿quién se encarga de protegerlo?

Teniendo esto en cuenta, se puede plantear una lógica directa. Si el Estado tiene interés en proteger los bosques debido a su gran importancia, deben llevar a cabo proyectos que alineen las actividades económicas de la población y su desarrollo con la sustentabilidad de los bosques. Por lo tanto, tiene que dar incentivos a las familias localizadas en los bosques para que opten por actividades que no deforesten. Debido a que los proyectos REDD+ utilizan un mecanismo de PSE, una organización administra la venta de bonos o inversiones directas para luego dirigir los fondos hacia la conservación, restauración y actividades económicas sostenibles para la población. De esta manera, la población recibe beneficios directos de los programas financiados por estos bonos, por lo que se ven incentivados a proteger los bosques para poder seguir recibiendo el apoyo. Por lo tanto, la principal ventaja de este mecanismo es apelar a la racionalidad económica para trabajar hacia la sustentabilidad.

En segundo lugar, una faceta de los proyectos REDD+ es la gestión sostenible de los bosques. Se trabaja directamente con las comunidades y para identificar sus necesidades y reorientar sus medios de vida hacia versiones más sostenibles. Por ejemplo, si es común que en una zona haya extracción de alguna fruta y que el proceso de extracción resulte en deforestación o degradación del ambiente, el objetivo del proyecto se enfoca en buscar técnicas más sostenibles y crear cooperativas que logren un mejor manejo de los recursos. Asimismo, se trabaja en la gestión sostenible desde una perspectiva social. Se busca utilizar las estructuras de la comunidad para poder introducir más servicios de salud, educación, acceso a tecnología y acceso a agua y saneamiento [11]. De esta manera, mientras la comunidad mejore su bienestar, será más fácil introducir prácticas sostenibles, y se producirá una situación de beneficio mutuo, tanto para las organizaciones interesadas en proteger el ambiente como para la población que mejora su bienestar. Entre las principales consecuencias se encuentran la reducción de la pobreza y la conservación de la biodiversidad. Por lo cual, esta reciprocidad en resultados es una gran ventaja sobre otro tipo de proyectos.

DESVENTAJAS DE LOS PROYECTOS REDD+

A pesar de los grandes beneficios que brindan los proyectos REDD+, existen tres problemas centrales en su ejecución y sus consecuencias a largo plazo. En primer lugar, existe el gran riesgo de que no sea ejecutado adecuadamente. Este tipo de riesgo puede provenir de dos situaciones. Por un lado, elaborar un baseline incorrecto, es decir, un análisis de situación inicial incorrecto, que lleve a un desarrollo técnico inadecuado, y por el otro, la información asimétrica que se tiene en la elaboración y ejecución del proyecto [12]. En el primer caso, suceden situaciones como la plantación de especies equivocadas en los procesos de reforestación, lo cual resulta en un ecosistema con mayor daño al inicialmente por la deforestación. Asimismo, la consideración de los intereses y necesidades de la población. Muchos proyectos tienen problemas de comunicación que llevan a ideas erróneas sobre el camino que tiene que tomar el proyecto. Por lo tanto, no llegan a apelar a los incentivos adecuados, lo cual lleva al fracaso del proyecto [13].  

En el segundo caso, puede haber una cierta colisión entre los intereses de los inversores y una falta de monitoreo. Si bien se ofrecen resultados al realizar la inversión, tanto para la población como para los inversores, al momento de la ejecución, cada uno de los agentes tiene motivaciones distintas, y si hay ausencia de alguna de las partes, los resultados pueden ser menos eficientes. Adicionalmente, la diversidad en definiciones y estándares – duración, extensión, población incluida, acciones – según la organización que realiza el proyecto puede llevar a que las expectativas de los inversores no correspondan al alcance real. Esto se puede reflejar en la compra de bonos de carbonos para compensar emisiones, y como al adquirirlos se puede afirmar que se está compensando más de lo que el proyecto puede ejecutar. Por lo tanto, la falta de uniformidad en prácticas y estándares lleva a una situación con muchos espacios vacíos que llevan a fallas en la ejecución. 

Un segundo problema es la monetización de la sociedad y la distorsión de incentivos. Los grupos que habitan en los bosques suelen ser centros poblados o comunidades nativas, los cuáles tienen una economía enraizada en su sociedad y creencias. Es decir, las motivaciones de producción, venta y como consecuencia, del uso de los bosques, no siguen una lógica capitalista, por lo que introducir dinero como pagos por modificar su comportamiento al esperado, crea una expectativa monetaria adicional que altera el esquema de incentivos previo [14]. Por ejemplo, puede que la motivación principal de la comunidad sea conservar los bosques porque es su medio de vida. Para Aaron Payment, presidente de la tribu Sault de indios chippewa en Michigan, “Nos vemos a nosotros mismos como parte de [la naturaleza] porque sustenta la vida” [15]. Consecuentemente, introducir un pago por un largo periodo de tiempo puede abrir puertas a otras formas de subsistencia que no dependan de los bosques, lo cual limitaría dicho incentivo.

Asimismo, asignar un monto a los bonos de carbono, introduce un mercado a la valorización de servicios ecosistémicos y comodifica los recursos naturales. Por lo tanto, el valor real de estos no surge de cuánto se valora en el momento sus servicios ecosistémicos de sumideros de carbono, ignorando el resto de sus funciones. Este hecho, desliga las funciones de los bosques de su valor y lleva a que este, en traducción monetaria, sea menor a su utilidad real.

Finalmente, el punto anterior resulta en un fenómeno que ya ha sido observado en proyectos terminados. Si bien la deforestación se reduce mientras continúan los pagos, una vez estos cesen, la deforestación aumenta sus niveles. Este es el caso de tres proyectos distintos. En dos de ellos, uno en Uganda finalizado en 2011 y otro en Guyana finalizado en 2016, la población reanudó la deforestación, sin embargo, esta se dio en nuevas zonas, conservando las áreas reforestadas. En el tercer proyecto, llevado a cabo en Ecuador entre 2011-2017, sucedió algo más particular. Entre 2015-2017 disminuyeron los fondos, por lo cual parte de las familias que se veían beneficiadas dejaron de recibir los pagos. Mientras estos cesaron, todas las familias que ya no pertenecían al programa regresaron a deforestar a los mismos niveles previos al inicio del proyecto REDD+ [16]. Este último caso, divisa cómo los efectos en el cambio de actividad económica son temporales, por lo que todavía no se ha logrado el objetivo de su permanencia.

CONCLUSIONES

Como todo tipo de proyecto, los del mecanismo REDD+ tienen riesgos a diversas escalas, algunos más grandes que otros. Asimismo, son proyectos que si bien llevan 10 años en ejecución en el Perú, sus políticas siguen en desarrollo. Por lo tanto, para lograr su ejecución exitosa, y su continuidad, las políticas instauradas tienen que contemplar un adecuado monitoreo y fiscalización, además demás un seguimiento en el periodo posterior a su fin. Asimismo, las limitaciones actuales abren un espacio de experimentación de nuevas acciones, ya que si se quiere lograr la permanencia de sus consecuencias positivas, los incentivos tienen que ser más profundos y no pueden recaer, completamente, en el aspecto monetario.

Teniendo en cuenta todas estas dificultades, de todos modos, se puede rescatar el amplio trabajo que se hace en mejorar el bienestar social y ambiental simultáneamente, el éxito en la disminución de deforestación durante la duración del programa y la mantención de las zonas reforestadas una vez finalizado. Estos beneficios son un gran avance frente a las estrategias pasadas, ya que son integrales. Por lo tanto, se puede apreciar a los proyectos REDD+ como un paso más en el desarrollo de mecanismos de gestión forestal sustentable, con un gran potencial a mejorar.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

[1]  EL ESTADO DE LOS BOSQUES DEL MUNDO. (2020). In FAO. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Retrieved July 14, 2023, from https://www.fao.org/3/ca8642es/CA8642ES.pdf

[2] Evaluación de los recursos forestales mundiales 2020 – Principales resultados. (2020). In FAO. Retrieved July 14, 2023, from https://www.fao.org/3/CA8753ES/CA8753ES.pdf

[3]  UN-REDD Programme Fact Sheet ABOUT REDD+. (2016, February). In UN-REDD PROGRAMME. FAO, UNDP, UNEP. Retrieved July 14, 2023, from https://www.un-redd.org/sites/default/files/2021-10/Fact%20Sheet%201-%20About%20REDD3.pdf

[4]  How REDD+ developed – EU REDD Facility. (n.d.). EU REDD Facility. https://euredd.efi.int/about/about-redd/how-redd-developed/

[5]  Forest conservation (REDD+) carbon projects. (n.d.). Forest Conservation (REDD+) Carbon Projects | Climate Impact Partners. https://www.climateimpact.com/explore-projects/nature-based-solutions-projects/forest-conservation-redd/

[6]  Cec, C. M. (n.d.). Project: Reduction of Deforestation and Degradation in Tambopata National Reserve and Bahuaja-Sonene National Park Within the Area of Madre De Dios Region –Peru. International Database on REDD+ projects and programs. Retrieved November 13, 2023, from https://www.reddprojectsdatabase.org/view/project.php?id=201

[7] Cec, C. M. (n.d.). Projects in Peru. International Database on REDD+ projects and programs. Retrieved November 13, 2023, from https://www.reddprojectsdatabase.org/view/projects.php?id=604&name=Peru&type=project

[8] MINAM Aprueba Lineamientos Para La Identificación Y Clasificación De Acciones REDD+. (2021, August 11). DAR. Retrieved November 13, 2023, from https://dar.org.pe/minam-aprueba-lineamientos-para-la-identificacion-y-clasificacion-de-acciones-redd/

[9] Fletcher, R., (2021) “Review of Partha Dasgupta. 2021. The economics of biodiversity: the Dasgupta review.”, Journal of Political Ecology 28(1). doi: https://doi.org/10.2458/jpe.2289

[10] Glück, P. (2000, July). Policy means for ensuring the full value of forests to society. Land Use Policy, 17(3), 177–185. https://doi.org/10.1016/s0264-8377(00)00018-1

[11] Forest conservation (REDD+) carbon projects. (n.d.). Climate Impact Partners. https://www.climateimpact.com/explore-projects/nature-based-solutions-projects/forest-conservation-redd/

[12] Loft, Wong, Pham, Brockhaus, Le, Tjajadi, & Luttrell. (2017). Risks to REDD+: potential pitfalls for policy design and implementation. Environmental Conservation . Retrieved December 14, 2023, from https://www.cifor.org/knowledge/publication/6262/

[13] Höhl, M., Ahimbisibwe, V., Stanturf, J. A., Elsasser, P., Kleine, M., & Bolte, A. (2020, August 27). Forest Landscape Restoration—What Generates Failure and Success? Forests. https://doi.org/10.3390/f11090938

[14]  Benjaminsen, G., & Kaarhus, R. (2018, July 1). Commodification of forest carbon: REDD+ and socially embedded forest practices in Zanzibar. Geoforum. https://doi.org/10.1016/j.geoforum.2018.04.021

[15] Jones, B. (2021, June 11). Indigenous people protect more of Earth’s biodiversity than countries do. Vox. https://www.vox.com/22518592/indigenous-people-conserve-nature-icca

[16] Carrilho, C. D., Demarchi, G., Duchelle, A., Wunder, S., & Morsello, C. (2022, November 1). Permanence of avoided deforestation in a Transamazon REDD+ project (Pará, Brazil). Ecological Economics. https://doi.org/10.1016/j.ecolecon.2022.107568

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