Luego de más de 30 días desde que un camión de la empresa Wari Service S.A.C. se haya accidentado en Canta y derramara 34 toneladas de concentrado de zinc, de propiedad de la compañía Volcan, en el cauce del río Chillón, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), a través de la Dirección General de Asuntos Ambientales (DGAAM), dispuso que la compañía tendrá hasta el 15 de agosto para restablecer la zona afectada.

Respecto a este escenario, Paul Maquet, del Programa de Investigación e Incidencia de dicha organización, señala: “Los pasivos ambientales pueden estar 500 u 800 años dependiendo de sus características. Ante un fenómeno natural como un sismo de gran magnitud o una lluvia intensa puede generar que los relaves tóxicos, acumulados históricamente, caigan sobre el río causando un desastre que afecta a la población que vive alrededor” [1]. 

Como precisa CooperAcción, al respecto destaca el caso de los relaves de la Compañía Minera Huampar, que amenazan las cuencas del valle de Santa Eulalia y del río Rímac [1]. Ante este evento, la Autoridad Nacional del Agua (ANA) informó que el pasivo ambiental que existe en la zona es producto de un relleno de material de relave por actividades mineras que se desarrollaron años atrás. La compañía dejó de operar hace 30 años. 

Otro caso, en Junín, involucra a la concesión del proyecto minero Ariana, la cual se superpone al sistema hídrico de Marcapomacocha y se ubica a 500 metros de distancia del túnel trasandino por el que pasa aproximadamente el 60 % del agua que abastece a Lima y El Callao. Al respecto, el 2019, un grupo de ciudadanos interpuso una demanda legal contra la mina por representar un riesgo para el abastecimiento de agua potable para la capital del país. A la fecha, solo se han realizado tres audiencias y todavía no hay sentencia.

Cabe traer a colación la Ley 28271, Ley de Pasivos Ambientales Mineros, según la cual le corresponde al Ministerio de Energía y Minas (Minem) identificar a los responsables de las operaciones mineras que abandonaron los depósitos de residuos e identificar a los titulares de la concesión minera que arrastra pasivos ambientales. La Dirección General de Minería (DGM) junto con la DGAAM son las entidades que conducen las acciones para el manejo de estos pasivos mineros.

Paul Maquet señala que, pese a existir un registro de pasivos ambientales, las empresas mineras no terminan por completar las remediaciones necesarias y lo mismo puede ocurrir ahora en Canta [1]. Según el especialista, el uso de fideicomisos ambientales pueden funcionar como una suerte de “seguro”, para que este fondo de dinero sea utilizado para los procesos de remediación.

Referencias: 

[1] SPDA Actualidad Ambiental. (2022, 21 de julio). Relaves mineros podrían contaminar el agua que consumen millones de personas en Lima y Callao. Recuperado de: https://www.actualidadambiental.pe/relaves-mineros-podrian-contaminar-el-agua-que-consumen-millones-de-personas-en-lima-y-callao/