Escrito por Jimena Soto, miembro del Consejo Editorial de Conexión Ambiental
“The Social Dilemma” es un documental dirigido y coescrito por Jeff Orlowski [1], cineasta estadounidense conocido por dirigir los documentales “Chasing Ice” (2012) y “Chasing Coral” (2017), ganadores del premio Emmy en 2014 y 2018 respectivamente. En sus anteriores documentales Orlowski profundiza sobre el impacto del cambio climático en los glaciares, así como en el blanqueamiento de los arrecifes de coral. A raíz de esas experiencias, el cineasta notó un patrón preocupante: cada vez más personas se mostraban escépticas al cambio climático [2].
Al explorar a qué se debía ese panorama destacó que las redes sociales y las búsquedas en la web constituían una fuente importante de cuestionamiento en tanto podrían mostrar información diferente a cada persona dependiendo de su ubicación o sus preferencias. Así, los algoritmos diseñados por las empresas más importantes en el rubro de tecnología estarían condicionando la manera en cómo las personas obtenemos información, lo cual influiría en nuestras creencias y comportamientos [3]. Es de esta forma que surge la inspiración para el desarrollo de “The Social Dilemma”, un documental que reúne a diversos expertos y extrabajadores de grandes empresas tecnológicas para explicar qué hay detrás de las plataformas que nos rodean.
En el documental se plasma que si bien en principio muchos de los servicios en internet parecen gratuitos, en realidad son sostenidos financieramente por anunciantes. De este modo, se parte de la premisa de que si nosotros no pagamos por lo que usamos, somos nosotros lo que se está vendiendo. Los entrevistados señalan que el objetivo de las grandes plataformas como Google, Facebook, Instagram, Twitter, entre otras, es captar la atención del usuario por el mayor tiempo posible. Jaron Lanier, escritor e informático, señala que el producto real que se vende, más allá de nuestra atención, es el cambio gradual e imperceptible en nuestro comportamiento. Cambiar lo que uno hace o piensa es finalmente lo que genera ganancias.
En este sentido, para realizar anuncios con éxito y seguir lucrando a partir de ello, la obtención de información es vital para las empresas. Cada acción que realizamos estaría siendo monitoreada, qué imágenes miramos y cuánto tiempo, qué videos nos gustan, qué preferencias al ver series tenemos. Toda esa información alimenta a sistemas que predicen nuestras acciones y carecen de supervisión humana: los algoritmos. Esto vendría a ser lo que se denomina “capitalismo de vigilancia”, es decir, las ganancias que se obtienen a partir del registro de la actividad de los usuarios por parte de las grandes empresas tecnológicas. Para optimizar el sistema de algoritmos, muchas de estas empresas utilizan la tecnología persuasiva. A través del diseño de las notificaciones o de incentivar que sigamos deslizando nuestros dedos por la pantalla, lo que buscan es construir un hábito inconsciente dentro de nosotros. Un hábito que nos condicione a seguir inmersos en esas aplicaciones.
“The Social Dilemma” muestra que la lógica detrás del diseño de las aplicaciones y servicios de internet que utilizamos puede afectar nuestro comportamiento en el mundo real, y que este nuevo mercado también podría ser una herramienta política peligrosa. De esta manera, se hace incidencia sobre un punto fundamental y no muchas veces discutido, el cual es la regulación de las redes sociales y a los servicios en internet, hacia una mayor protección de la información de los usuarios.
En tal sentido, esta repercusión de las plataformas tecnológicas que el documental expone también se presenta en el medio ambiente. La forma en cómo las redes sociales influyen en nuestro comportamiento y nuestros hábitos de consumo cada vez se hace más importante. En el 2018 se registró, a través de la app Friendz, que un 62% de los consumidores descubrió y compró un producto a partir de una publicación realizada por un amigo o amiga en redes sociales [4]. Estos datos cobran gran relevancia al incorporarlos en un análisis integral sobre las causas de la crisis climática actual, siendo una de las más importantes el modelo de producción y consumo actual. De este modo, los patrones de compra y obtención desmedida de recursos son responsables del 60% de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a nivel global, de acuerdo al informe elaborado por Greenpeace y el ITESO, Universidad Jesuita de Guadalajara [5]. Así, la sobreexplotación de recursos, la pérdida de biodiversidad, quema de combustibles, generación de residuos, entre otros, son los resultados de la ausencia de un consumo responsable.
En el actual contexto de pandemia, el uso de herramientas tecnológicas ha cobrado predominancia siendo que la publicidad que veíamos en las calles ahora las vemos de una manera más dinámica, directa y hasta lúdica en Facebook, Youtube o Instagram. De esta forma, el fomento del consumo de productos o servicios que no necesitamos se hace cada vez mayor. La asimetría de información en internet y los patrones de consumo que se introducen a través de la publicidad en redes, ciertamente con niveles de regulación más laxos, modelan el mundo e introducen prioridades que se sitúan por encima de una amenaza latente: la crisis climática. Ante lo cual cabe repensar nuestra actuación dentro de estas plataformas, cuestionar cuánto tiempo y energía les brindamos, y sobre todo si en el fondo estamos siendo parte de un mercado nuevo pero con las mismas consecuencias nocivas para el medio ambiente.
Referencias bibliográficas
[1] Primicias (s.f.). “The Social Dilemma”: el debate por el uso de las redes sociales. https://www.primicias.ec/noticias/cultura/social-dilemma-debate-uso-redes-sociales/
[2] Expok (2020). El documental de Netflix que revela qué está mal con las redes sociales. https://www.expoknews.com/el-documental-de-netflix-que-revela-que-esta-mal-con-las-redes-sociales/
[3] Ibídem
[4] ABC Consumo (2018). El 62% de los consumidores se dejan influir por lo que ven en las redes sociales. https://www.abc.es/familia/consumo/abci-consumo-62-por-ciento-consumidores-dejan-influir-redes-sociales-201801261352_noticia.html
[5] Milenio (2021). Consumismo provocó cambio climático, desigualdad e injusticia: estudio. https://www.milenio.com/politica/consumismo-provoco-cambio-climatico-desigualdad-injusticia-estudio