Escrito por Alexia Taboada, miembro del Consejo Editorial de Conexión Ambiental
Resident Evil es uno de los títulos más populares dentro de los juegos de horror (zombies) y supervivencia. La historia de esta saga de videojuegos creada por Capcom se caracteriza por situarse en un escenario apocalíptico de zombies, en el cual es esencial la gestión de los recursos y la estrategia para poder vencer a los monstruos que, conforme se avance en la historia, adquieren mayor grado de dificultad. Así, la popularidad de este juego ha conllevado a que se realice una saga en versión cinematográfica, aunque con grandes diferencias en comparación con la historia inicial del juego.
La historia de la saga de videojuegos de Resident Evil es compleja e interesante, en la medida que desarrolla a sus personajes y permite conocer los antecedentes que conllevaron a que gran parte de los seres vivos se transformara en seres violentos y monstruosos. En Resident Evil Zero, el primero de la saga, Rebeca Chambers, quien trabaja para S.T.A.R.S, es enviada en una misión a las montañas de Arklay, cerca de Racoon City. En esta misión, ella se encuentra con una serie de monstruos y personas contagiadas por un extraño virus creado por la corporación Umbrella que provocaba que tengan comportamientos caníbales. Junto con Billy Coen, quien es un sentenciado a muerte por crímenes de guerra, comienzan a investigar los secretos que alberga el lugar, así como los planes de la corporación sobre el futuro de la humanidad. En esa medida, se pueden apreciar los efectos que causó la liberación del virus en la existencia de los seres vivos, así como en las condiciones generales en las que viven.
En el presente artículo, se explicará el impacto de las armas biológicas, plasmado en los video juegos de Resident Evil a través del virus T. Para ello, nos centraremos en la regulación de la biotecnología y su uso responsable. Asimismo, se analizarán los alcances generales de las armas biológicas, y cómo estas son utilizadas en ataques biológicos o bioterrorismo, para lo cual se tomará en cuenta el caso ántrax en Estados Unidos y la Unión Soviética.
La corporación Umbrella y el desarrollo de armas biológicas
La historia de Resident Evil gira en torno a los experimentos científicos llevados a cabo por la corporación Umbrella en seres vivos. El origen de esta corporación tiene lugar alrededor de los años 60’s y fue fundada por Oswell Specer, Edward Aschford y James Marcus. Los motivos de su creación tuvieron sus bases en el estudio del virus progenitor o virus madre, descubierto a partir una flor de origen africana. La peculiaridad de este virus es que tiene como efecto incrementar considerablemente la resistencia y fuerza de su huésped; además de que es fácilmente transmisible a otro tipo de organismos.
En principio, estas investigaciones se realizaban sobre la base de fines eugenésicos, es decir, mejorar la raza humana. Así, para el público, este pretendía ser una empresa centrada en el mercado farmacéutico a través del provisionamiento de productos médicos y tecnologías para la salud. No obstante, esto solo era una fachada, en la medida que se utilizaba para ocultar las investigaciones de este peligroso virus, para cual desarrollaban armas biológicas y experimentación genética irregular.
Años más tarde, James Marcus, a partir del ADN de sanguijuelas y el virus madre, crea el famoso virus Tyron o virus T, el cual, es liberado en los laboratorios de la corporación Umbrella, ubicados debajo de la mansión Spencer, después de la muerte de Marcus. En consecuencia, la liberación de este virus provocó que las personas en Racoon City contagiadas por este virus desarrollaran cambios físicos, como el aumento de su fuerza y resistencia, así como conductas violentas, caníbales, y deformaciones físicas. Si bien este desastre fue neutralizado, pues se destruyó toda la ciudad y a sus habitantes, esto no fue impedimento para que las personas en otros lugares del mundo en se contagiaran, incluso en la Antártica.
No obstante, la corporación Umbrella continuó desarrollando experimentos en seres vivos para convertirlos en armas biológicas. Sobre esto, incluso antes de la catástrofe, se desarrollaron otras cepas como el virus T- Verónica, creado por Alexia y Alfred Aschford, el cual surge como resultado de la combinación de una hormiga madre con el virus T. Por otro lado, se crearon más cepas del virus que afectaron a gran parte de la población al nivel mundial y también otras formas de vida, como perros, insectos, bacterias, lobos, etc. Un ejemplo resaltante se puede apreciar a través de los Hunter, los cuales son una especie de híbridos humanos-animales, diseñados para ser armas bio-orgánicas, a partir de la implantación de ADN de reptiles en un embrión humano fertilizado con ayuda del virus T.
El avance de la biotecnología: ¿hasta qué punto es posible manipular o utilizar agentes biológicos para el beneficio de los seres humanos?
El avance de la tecnología ha permitido el desarrollo de los seres humanos tanto en aspectos sociales, económicos, ambientales y físicos. Esto inevitablemente conlleva a que cada vez la intervención humana en la naturaleza sea mucho mayor. Bajo estas circunstancias, surge el concepto de biotecnología, el cual es definido por el Convenio sobre Diversidad Biológica como toda aplicación tecnológica que utilice sistemas biológicos y organismos vivos o sus derivados para la creación o modificación de productos o procesos para usos específicos [1]. Esta definición hace referencia a campos limitados de aplicación; por ejemplo, la biotecnología puede ser empleada en el sector agrícola, cuando se manipula genéticamente un organismo que se utilizará para la producción de productos agrícolas. Esto a su vez ayuda a resolver problemas relacionados con el rendimiento del cultivo, control de plagas o nutrientes [2]. No obstante, el sector agrícola no es el único campo sobre el cual actúa la biotecnología, puesto que también se aplica para la medicina, procesos industriales, medioambientales o procesos relacionados al mar.
De esta manera, la utilización de la biotecnología requiere a su vez un uso responsable, debido al impacto que tiene sobre la diversidad biológica, la cual es definida por el Convenio como la variabilidad de organismos vivos de cualquier fuente, incluidos, entre otras cosas, los ecosistemas terrestres, marinos y acuáticos; así como los complejos ecológicos de los que forman parte; comprende la diversidad dentro de cada especie, entre las especies y ecosistemas. En ese sentido, para proteger y conservar la diversidad biológica, al nivel internacional, se han creado instrumentos que regulan la utilización de biotecnología.
Entre estos instrumentos, se encuentra el Protocolo de Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología del Convenio sobre la Diversidad Biológica, el cual se centra en el movimiento trasfronterizo de cualesquiera organismos vivos y modificados resultantes de la biotecnología moderna que pueden tener efectos adversos para la conservación y la utilización sostenible de la diversidad biológica, que establezca en particular, para su examen, procedimientos adecuados para un acuerdo fundamentado previo[3]. Por lo tanto, mediante este protocolo se busca contribuir a la protección del medio ambiente a través de la regulación de la biotecnología, plasmado en el adecuado tratamiento de la manipulación y utilización de organismos, que puedan tener efectos adversos en la salud humana.
¿Las armas biológicas se encuentran justificadas?
Desde un aspecto negativo, el desarrollo biotecnológico ha conllevado a que se utilice agentes biológicos para fines bélicos, provocando que se creen escenarios de riesgo para el medio ambiente y la salud de los seres vivos. En ese sentido, las armas biológicas son una amenaza real y latente a manos de fuerzas militares en el marco de una guerra biológica. No obstante, cabe resalta que no son un invento novedoso. Sobre este punto, César Cabezas menciona que el hombre Neandertal colocaba heces de animales en sus flechas para poder potenciar su letalidad [4]. Por otro lado, durante la guerra fría, la ciencia soviética trabajó con una gran variedad de virus; por ejemplo, a través de la militarización de enfermedades de origen natural como la viruela y el ébola [5]. Asimismo, entre 2003-2013, se desató un conflicto entre Irak, Estados Unidos y Reino Unido. Esto se debe a que estos dos últimos tenían sospechas de que Irak desarrollaba armas de destrucción masiva; no obstante, esto al final fue desmentido por fuentes cercanas al gobierno de Irak, aunque provocó uno de los más grandes fracasos en los datos de inteligencia que se tenía [6].
Bajo este contexto, la magnitud de las consecuencias de este tipo de armas es una preocupación histórica e internacional. Es así como surgen instrumentos internacionales que regulan las armas biológicas. Al respecto, se creó la Convención sobre Armas Biológicas, la cual consiste en el primer tratado multilateral para el desarme y prohibición del desarrollo, la producción y el almacenamiento de toda una categoría de armas de destrucción en masa. A partir de este acuerdo, los Estados parte, entre los cuales se encuentra el Perú, se comprometen a realizar una serie de prácticas destinadas a generar confianza entre los países, tales como presentar informes en torno a investigaciones científicas y de desarrollo biológico.
Sobre la delimitación del concepto de armas biológicas, estas se consideran armas de destrucción masiva, en la medida que, según el artículo 1 de la Convención, utiliza agentes microbianos u otros agentes biológicos, o toxinas, así como armas, equipos o vectores destinados a utilizar esos agentes o toxinas con fines hostiles o en conflictos armados. No obstante, estos alcances que da el convenio continúan siendo amplios. Así, según la Organización Mundial de la Salud, los agentes biológicos se entienden como aquellos que dependen, para surtir efectos, de la multiplicación dentro del organismo que constituye el blanco y que son preparados con fines bélicos para causar enfermedades o la muerte en seres vivos. Por otro lado, en relación con las toxinas, estas son definidas como productos venenosos de los organismos, incapaces de reproducirse por sí mismas [7]. En adición a todo lo anterior, cabe precisar que este acuerdo no tiene como efecto prohibir la adquisición, investigación o desarrollo de agentes biológicos o toxinas, sino que se prohíbe que no se utilice para fines pacíficos o profilácticos (salud).
De esta manera, al nivel internacional, el desarrollo de armas biológicas no se encuentra justificado, puesto que existen tratados entre diversos países que prohíben su utilización, desarrollo y producción. La justificación de su prohibición radica en los efectos mortales, imprevisibles e incluso irreversibles, como la pérdida de la biodiversidad genética de una población o especie, epidemias, alternaciones en ecosistemas y cadenas alimenticias. A esto se le agrega que la incertidumbre se profundiza cuando no hay un tratamiento para mitigar los incidentes.
El bioterrorismo: caso ántrax
El bioterrorismo es una amenaza real, cuyas consecuencias son impredecibles en la medida que el control de estos se produce de manera clandestina con la finalidad de causar la muerte de personas en gran escala. Al respecto, este puede ser definido como la liberación intencionada de virus, bacterias, toxinas u otros patógenos con el fin de causar enfermedades a personas, animales o plantas, o de provocar su muerte [8]. Así las cosas, el propósito del bioterrorismo o ataque biológico se remite a sembrar el caos en la población a través de la afectación de su salud por medio de agentes biológicos. Sin embargo, esto no debe descartar que la amenaza se produce directamente a los humanos, sino que también puede de manera indirecta, a través de la contaminación otros bienes que se encuentran en la naturaleza y que sirven para satisfacer las necesidades esenciales de los seres humanos como el agua. En ese sentido, las armas biológicas como instrumentos altamente destructivo son elaboradas en laboratorios clandestinos a través de la ingeniería genética para modificar o incluso crear microrganismos capaces de generar enfermedades altamente infecciosas.
Un ejemplo importante se relaciona con el virus Bacillus Anthracis, virus que provoca la enfermedad de ántrax. Este es un agente biológico letal que es considerado por muchos científicos como un arma biológica clásica, debido a que las esporas de ántrax se encuentran fácilmente en la naturaleza y puede desarrollarse en un laboratorio sin dificultad; asimismo puede liberarse silenciosamente, como a través del aire y de esa manera las personas lo inspirarían y se contagiarían.[9] En relación a su letalidad, Jaime Torres y Carlos Torres sugieren que, el ántrax sería una de las mejores opciones en una guerra biológica, debido a su efectividad, pues, en relación a una bomba atómica que podría causar la muerte de hasta 80 000 personas, las esporas de ántrax, en solo 100 kilómetros, podría causar la muerte de 1 y 3 millones de personas [10]. Al respecto, en año 1979, en Sverlovsk (Rusia), se liberó esporas de ántrax, lo que conllevó a que alrededor de 100 personas se enfermaran. Años después, el gobierno ruso admitió haber incumplido con el acuerdo y se comprometió en cooperar para su investigación. Por otro lado, en el año 2001, en Estados Unidos, se detectó la liberación de ántrax. Este supuesto ataque biológico, consistió en el envío de esporas por correo. Afortunadamente, se pudo controlar, aunque provocó la muerte de 5 personas de las 22 personas que contrajeron esta enfermedad.
Conclusiones ¿Resident evil es un futuro inevitable?
El avance de la biotecnología tiene efectos positivos en el desarrollo de la calidad de vida de los seres humanos; sin embargo, la utilización irresponsable de esta puede provocar consecuencias letales en los seres vivos, tales como la alteración de los ecosistemas, contaminación de los recursos y pérdida de diversidad biológica. De esta manera, la intervención del ser humano en la naturaleza para su beneficio debe garantizar el uso sostenible de la biodiversidad.
Asimismo, considero que el desarrollo y mantenimiento de las armas biológicas, como instrumentos letales para la humanidad, es una realidad que, si bien se encuentra prohibida por el la Convención sobre Armas Biológicas, amerita que los países formulen políticas biodefensa centradas en materia de salud pública, lo cual implica planes de prevención y mitigación ante posibles ataques biológicos. Esto en razón de que, si bien los países desarrollados han presentado más avances en ingeniería genética y tienen más capacidad de producir armamento biológico, es un problema que tiene un alcance global y que afectará considerablemente a quienes no presenten recursos económicos suficientes. Esto último se evidencia actualmente con la propagación del Covid-19, que ha perjudicado mortalmente a un sinnúmero de personas y ha aumentado los niveles de pobreza. En consecuencia, el Derecho Ambiental tiene un rol importante en regular las nuevas formas de intervención en la naturaleza mediante normas que aseguren el control y mitigación de los riesgos y daños ambientales, pues, de esa manera, el escenario apocalíptico que nos propone la famosa saga de videojuegos de Resident Evil se convertirá en un futuro evitable.
[1] ONU. (1992). Convenio sobre Diversidad Biológica. https://www.cbd.int/doc/legal/cbd-es.pdf
[2] AGROPTIMA. Todo sobre la biotecnología en el sector agrícola. https://www.agroptima.com/es/blog/biotecnologia-agricola/
[3] ONU. (2000). Protocolo de Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología del Convenio sobre la Diversidad Biológica. https://observatoriop10.cepal.org/sites/default/files/documents/treaties/cartagena_protocol_sp.pdf
[4] CABEZAS, C. (2013). Uso de armas biológicas: una amenaza no muy lejana. http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1726-46342003000100001
[5] BENÍTEZ, M; JIMÉNEZ, E; REYES, A; GÓMEZ, R & CALDERÓN, N. (2018). La guerra biológica: un desafío para la humanidad. http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1025-02552018000500803
[6] BBC. (18 de marzo del 2013). El engaño que provocó la guerra en Irak. https://www.bbc.com/mundo/noticias/2013/03/130318_irak_guerra_espias_engano_nm
[7] Comité Internacional de La Cruz Roja. (1997). Convención sobre las armas biológicas – Consideraciones generales. https://www.icrc.org/es/doc/resources/documents/misc/5tdlbp.htm
[8] INTERPOL. Bioterrorismo. https://www.interpol.int/es/Delitos/Terrorismo/Bioterrorismo
[9] CENTROS PARA EL CONTROL y PREVENCIÓN DE ENFERMEDADES. Bioterrorismo. https://www.cdc.gov/anthrax/es/bioterrorismo/bioterrorismo.html
[10] TORRES, J y TORRES, C. Bioterrorismo. La experiencia con el ántrax. https://vitae.ucv.ve/pdfs/VITAE_3002.pdf