A puertas de cumplirse un año desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania, los aliados occidentales se reunieron en Bruselas el pasado martes y se comprometieron a acelerar la entrega de armas a Kiev. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, declaró que “se están celebrando consultas entre los aliados sobre el tipo de sistemas” que se proporcionarán a Kiev [1]. Por su parte, el secretario estadounidense de defensa, Lloyd Austin, aseguró que se hace todo lo posible para abastecer de munición a las fuerzas ucranianas. También mencionó los planes de Ucrania de lanzar una contraofensiva en primavera y que el apoyo hacia el mencionado país no cesará. En ese sentido, la prioridad de los países aliados y de la OTAN es blindar y proteger el cielo ucraniano por medio de más sistemas de defensa y asegurar que el armamento sea funcional. Sin embargo, la preocupación detrás de ello es la escasez de munición, puesto que Ucrania está consumiendo armas mucho más rápido de lo que la industria bélica es capaz de producir y repercute en el abasto de los propios ejércitos nacionales [2].
Disposiciones internacionales
Es así que, los países miembros de la OTAN han materializado su apoyo y respaldo a Ucrania en la guerra por medio del envío de armas. Ante ello, es importante recordar que un escenario de guerra o conflicto armado impacta negativamente en diversos niveles sociales, económicos, ambientales, entre otros, de cada país involucrado. Sin embargo, es en este último sector donde incide a gran escala el uso y comercialización de armas por parte de la industria bélica. El principio 24 de la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, conocido también como Eco 92, define a la guerra como “enemiga del desarrollo sustentable”. Agrega además que, los Estados deben respetar las disposiciones de derecho internacional que protegen al medio ambiente en épocas de conflicto armado, y cooperar en su ulterior desarrollo, según sea necesario [3]. Es decir, los Estados Partes se someten a las legislaciones internacionales que los vinculan a no dañar el medio ambiente, en especial durante un conflicto armado. Puesto que, es este escenario el que mayor suscita la incorporación de armas en las filas de batalla debido a la violencia que escala. Por otra parte, en la Cumbre Mundial de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, los países reafirmaron su promesa de asignar especial importancia a problemas mundiales que representan graves amenazas al desarrollo sostenible. Tales como la incitación al odio, los conflictos armados, el tráfico ilícito de armas, los desastres naturales, entre otros [4]. Sin embargo, se puede observar que, en un conflicto armado que escala a niveles internacionales, los tratados suscritos en lugar de mantenerse infranqueables, pierden preponderancia.
Impacto medioambiental a nivel global
Tan solo a nivel medioambiental la contaminación por armas trae consecuencias inmensurablemente devastadoras. El Centre Delas, entidad investigadora de los efectos negativos del militarismo y los conflictos armados [6], sostiene que “los impactos medioambientales de la institución militar aún están ausentes de los grandes debates sobre el clima”. Su informe califica la militarización como el acto humano más destructivo desde el punto de vista ecológico. Se estima que en total las emisiones CO2 de los ejércitos de todo el mundo suponen entre un 5% y un 6% del total de emisiones de este gas. Y no solo durante las guerras, mantener las bases activas en periodos de paz, durante los cuales se llevan a cabo diversas maniobras de ensayo, también pasa una factura ambiental a nuestro planeta [7]. Por otro lado, el Comité Internacional de la Cruz Roja identifica cinco estragos medioambientales originados a raíz de la contaminación por armas. Tales como la degradación del suelo, la contaminación del agua, la destrucción de especies, disminución de la biodiversidad y ocasiona un desequilibrio en la cadena alimenticia. Sin efectos de desestimar que a la larga todas estas afectaciones a la biodiversidad agravan los factores del cambio climático y por ende las catástrofes naturales, como los tsunamis e inundaciones, que afectan a las comunidades más vulnerables.
¿Qué es la contaminación por armas?
Con base en ello, la contaminación por armas es la contaminación causada por municiones no detonadas, armamento abandonado, minas y la proliferación de armas pequeñas y armamento liviano. En primer lugar, en las municiones no detonadas entran a tallar los residuos explosivos de guerra, las granas, morteros, obuses, municiones en racimo, bomba y misiles. En segundo lugar, los armamentos abandonados reflejan la falta de control y seguridad que tienen estos grupos armados respecto a las municiones empleadas. En tercer lugar, cuando las minas terrestres se descomponen y se corroen, las sustancias tóxicas son lixiviadas en el suelo y el agua circundantes. Estos materiales son de larga duración y penetran fácilmente en la cadena alimentaria [8]. Como ya se mencionó, la contaminación por armas priva a poblaciones enteras de acceso al agua, a la tierra cultivable, a la educación y la asistencia sanitaria. Puesto que, obstruye el trabajo humanitario al impedir que se brinde asistencia a aquellos que más la necesitan. En esta misma línea, la contaminación por armas tiene graves consecuencias humanitarias, ya que produce la muerte y mutilación de personas. Las minas y las armas de guerra abandonadas o no detonadas representan una amenaza para las comunidades rurales y urbanas, impidiendo que retomen su vida normal, incluso después de que el conflicto armado haya finalizado [9].
Conclusiones
De esta manera, se evidencia que el apoyo que vienen realizando los aliados occidentales en el frente contra Rusia son a costas del desmedro ambiental y humanitario. Por un lado, el empleo de armamento constituye un tipo de contaminación altamente perjudicial en el medio ambiente. Desde el momento inicial de su producción se requiere de un alto coste de recursos naturales. Posteriormente, el uso bélico incide a modo de cadena en el ambiente. La emisión de gases constituye una amenaza para los ecosistemas que repercute en las cadenas alimenticias, generando así la degradación del hábitat natural tanto de animales como de comunidades humanas. Por otro lado, el empleo de armamento bélico cuenta como víctimas mortales en primera instancia a las personas. Luego incide en ellos por medio de la destrucción de sus hogares y los medios para subsistir. En ese sentido, “sea cual sea el arma que se emplee, sus efectos sobre las personas son terribles: causan muerte, dolor y destrucción. Pero también existe un impacto muy importante sobre el Medio Ambiente, muchas veces imposible de revertir a corto y mediano plazo” [10].
Referencias
[1] Reunión de ministros de Defensa de la OTAN: el secretario general pide más ayuda para Ucrania. France 24.
[2] DW Español on. (2023, 14 febrero). Twitter. https://twitter.com/dw_espanol/status/1625604543915368459
[3] División de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (s.f.) United Nations. United Nations.
https://www.un.org/spanish/esa/sustdev/agenda21/riodeclaration.htm
[4] División de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. (s. f.). https://www.un.org/spanish/esa/sustdev/WSSDsp_PD.htm
[5] y [9] Contaminación por Armas: Devastación del Medio Ambiente y sufrimiento de la población (2012) CICR. 1.
[6] Centre Delàs d’Estudis per la Pau. (2023, 3 febrero). Centre Delas ¿Quiénes somos?
[7] Amorós, G., & Bohigas, X., & Montull, T., & Orta, A., & Pere, B., & Sánchez, Q. (2021 Enero). Militarismo y Crisis Ambiental: Una necesaria reflexión. Centre Delàs d’Estudis per la Pau.
https://centredelas.org/wp-content/uploads/2021/02/informe47_MilitarismoYCrisisAmbiental_CAST.pdf
[8] y [10] Toni. (2017). Cuál es el impacto sobre el medio ambiente de las armas de guerra, Noticias de Ecología y Medio Ambiente.
