Escrito por Fiorella Almanza, miembro del Consejo Editorial de Conexión Ambiental

Pasó de ser un símbolo de distinción, élite y poder adquisitivo a ser símbolo de violencia, egoísmo y falta de conciencia acerca de la crueldad animal. Hace treinta años una campaña denominada “I’d rather go naked than wear fur” (Prefiero ir desnuda a vestir piel) hecha en colaboración con la People for the Ethical Treatment of Animals (PETA) y boss models worldwide (BBW) hizo un impacto en el mundo de la moda, al criticar explícitamente el uso de piel animal para la elaboración de prendas usadas en el modelaje de alta costura. Para lograr que tal campaña tuviera éxito, difusión y credibilidad fue indispensable la participación de modelos reconocidas de la época como Christy Turlington. En un primer momento, la campaña fue innovadora y produjo cambios graduales en la industria de la moda, reflejados en el ascenso de protestas contra la utilización de piel animal en desfiles de alta costura, y en la modificación en la vestimenta de socialités y personalidades de la época. Los cambios sustanciales siempre se vieron en los países que encabezan la industria de la moda, como Francia, Estados Unidos e Italia. Por consiguiente, el movimiento por los derechos animales y la detención a la caza siempre fue efervescente. Ello se pudo ver tanto en la mediatización de las campañas, como en acciones propias del activismo animalista, dónde se vio cómo en 1996 se saboteó la cena de Anna Wintour y se colocó un mapache muerto en su plato [1]. Si bien la campaña tuvo éxito en un ámbito local europeo y estadounidense, aún faltaba expandir el alcance de la información acerca de la crueldad animal vista en la elaboración de prendas de piel [2].Una campaña orientada a un público angloparlante no era suficiente, por lo cual, mediante información cruda sintetizada y campañas de difusión se tuvo que concientizar a la población acerca de lo que significa para el medioambiente llevar un abrigo de piel. 

Una herramienta empleada para generar conciencia en el uso de prendas de pelaje animal fue la utilización de estadísticas, las cuales no eran del todo certeras por el tráfico ilegal de especies, pero aún así eran útiles para ilustrar el panorama. Mediante la difusión de cifras relacionadas al uso del pelaje animal en el mundo de la moda, como el billón de conejos asesinados anualmente para elaborar prendas y zapatos, el interés por el tema no solo surgió de la audiencia consumidora de moda, sino que también se extendió al ámbito científico y legal [3]. La recolección de datos perteneciente a granjas de piel animal, señala que el animal más consumido para la industria de la moda es el mink, ya que se puede extraer pelaje para carteras y zapatos. Además, en estas granjas se realizan técnicas de reproducción masiva de zorros para satisfacer la demanda a costa de su sufrimiento y padecimientos de salud en las hembras que dedican su vida a parir camadas [4]. 

Coronavirus: Spain orders culling of almost 100,000 mink - BBC News

imagen extraída de: www.bbc.com/news/world-europe-53439263

Aparte, un factor que puso a más estados y a más sectores de la población a nivel global en alerta fueron las estadísticas de caza de especies en peligro de extinción para su uso en la industria de la moda. Mediante la difusión de investigaciones y campañas de marketing que empleaban imágenes viscerales, se ilustró que especies de cocodrilos, caimanes, serpientes son compradas en masa por empresas europeas. Acorde a un cálculo estimado por la PETA, en una década, la Unión Europea ha importado más de diez millones de pieles y un porcentaje proviene de especies en peligro de extinción que son criadas en países en vías de desarrollo [5]. La consolidación de la campaña llegó cuando el movimiento se hizo viral en redes sociales. El banner protagonizado por la modelo Marcela Kloosterboer donde carga a un zorro desollado por su piel, acompañado del mensaje “Aquí está el resto de tu abrigo de piel” fue un mensaje importante para la campaña, ya que pudo llegar al público de habla castellana y además tuvo un medio de difusión rápida como lo son las redes sociales. De esta manera, no solo se creó sensibilidad en la población acerca de esta problemática ambiental, sino que también creó conciencia acerca del consumo. Este factor fue determinante para el retroceso de las marcas en la producción de prendas fabricadas con piel animal [6]. Siendo la industria de la moda un rubro con una gran cantidad de sectores, se tenía que rastrear al mayor productor y vendedor de prendas elaboradas con piel animal. Acorde al estatus social que estas prendas solían conferir a su portador, se encontraban dos sectores de esta industria que debían cambiar sus políticas y su imagen ante el mercado para evitar que se prosiga con la crueldad animal: la alta costura y marcas de alta gama. 

La alta costura tiene un gran efecto sobre el comercio de pelaje animal y pieles de animales exóticos, puesto que las prendas fabricadas a partir de este material han sido el centro de atención de sus colecciones más cotizadas y aclamadas en la industria. Primero, se debe definir qué es una marca de alta costura y a qué público consumidor apunta. Se define a este sector de la industria de la moda como la cúspide de la extravagancia en materia de vestimenta, donde las casas de la moda más reconocidas lideran el sector y llevan a cabo pasarelas a las cuales asiste su público objetivo, los cuales pueden invertir en comprar piezas exclusivas a modo de coleccionista o a modo de inversión, ya que las prendas tienden a subir de precio a largo plazo si están bien conservadas [7]. Es importante denotar que varias de las piezas exclusivas compradas suelen ser una inversión por parte del comprador, para que se puedan vender a futuro a un precio mayor, lo que significa que será imposible erradicar las prendas de pelaje animal del mercado a corto plazo. Las casas productoras de este tipo de prendas mantienen dos distintas posiciones respecto al uso de pelaje animal, ya que algunas casas rechazan de manera tajante el uso de cualquier material animal (incluso animal print) y otras lo mantienen hasta el día de hoy para conservar la fidelidad de su clientela, la cual se decanta por las prendas realizadas con este material pernicioso para la naturaleza [8]. No obstante, cómo un patrón que se ha venido observando desde la década pasada, los desfiles de moda que exhiben pieles no reciben la misma acogida o las críticas son más severas, lo que daña a la colección de la casa de modas y con el tiempo puede causar que se reduzca al mínimo la exhibición de prendas de pelaje [9].

Legalmente, no existe un mecanismo establecido para combatir el uso amplificado de pelaje animal o piel de animales exóticos en los principales focos de la industria de la moda. Si bien existen leyes que regulan e incluso prohíben la utilización de pieles animales dado a su proveniencia o a las políticas anti maltrato animal en ciertos estados de Estados Unidos, la legislación de dicho país es ambigua a nivel federal, pues únicamente se fiscaliza el uso de pieles de animales extintos en la naturaleza y animales exóticos de países con un alto índice de tráfico de especies, lo cual puede resultar complicado de rastrear. Respecto a la legislación internacional en países europeos, las políticas siguen sin tomar una postura de bloque, pero las políticas nacionales de cada país muestran una firme convicción a reprobar las “granjas de pieles” o no legislar su actuar, por lo que la ambigüedad legal no entra a tallar en esta región. Por otra parte, en China se ve que en ninguna provincia se prohíbe el tráfico de pieles, por lo que a nivel nacional está permitida [10]. Mediante dicha legislación, mayor parte de casas de la moda puede emplear pelaje animal y pieles de animales exóticos operando en ciertos lugares de manera estratégica. Por lo que, si la ley demuestra limitaciones respecto al control, queda como responsabilidad del consumidor investigar y evaluar hasta qué punto puede consumir un producto lujoso pero poco ético. 

Evaluando a las marcas más accesibles para el consumidor promedio, al igual que en el caso de las marcas de alta gama, las posturas siguen variando con respecto al uso de pieles animales. Sin embargo, la población consumidora de éste tipo de marcas ha cambiado sus preferencias dado el incremento de información y estadísticas relacionadas a la crueldad animal que ocurre en “granjas de piel”. Asimismo, evaluando costos y descenso en compradores dispuestos a adquirir productos de pelajes reales, las marcas de moda pertenecientes a la categoría de alta gama han preferido abandonar la venta de prendas fabricadas con pieles reales, salvo contadas excepciones. Con el paso de los años y las distintas tendencias en moda, se ha popularizado el consumo de faux fur en marcas de alta gama, para que así el consumidor pueda vestir pieles sin sentir culpa por el maltrato y depredación de especies que el uso de éstas conlleva. [11] Últimamente, más marcas se han sumado a la causa al exhibir colecciones enteramente libres de crueldad y poder lograr etiquetarse como parte de las empresas que intentan apegarse al modelo de modas green luxury, llegando a vetar prendas tanto de faux fur como con estampados de animal print, reclamando que éstos hacen alusión a una piel real [12]. Para lograr tal cambio y concientización en el consumidor, no solo es necesaria una campaña mediática que muestre estadísticas e imágenes crudas a la población para que impulsen a las marcas a detener su fabricación de prendas con tejidos animales, si no, la cultura popular también jugó un gran rol dentro de la concientización. Mediante audiovisuales con gran influencia en las tendencias de moda de la época, como Sex and the City y Devil Wears Prada, se pudo lograr que se visualice la realidad acerca del activismo anti-pieles animales y cómo es que su uso es perjudicial para la sociedad. 

La película Sex and the City, producida a partir de la serie homónima, es considerada una película de culto dentro de su género por la gran influencia que ha tenido en la cultura popular occidental durante la década de los 90s. Una de las principales características de sus cinco protagonistas es su gusto por la moda neoyorquina, especialmente por las carteras y los zapatos [13]. Por ende, los atuendos de las protagonistas se convirtieron en emblemáticos, y así usaran zapatos fabricados a partir de piel de cocodrilo o chal de pelaje animal, aun así aparecían en revistas con una etiqueta de Steal Her Look para que el consumidor pueda inspirarse o copiar de su atuendo. En una de las escenas de la película donde acuden a un desfile de la moda en París, el abrigo de una de las protagonistas es manchado con sangre por una activista que le grita “la piel es asesinato”, a lo que el personaje responde “cómo extraño Nueva York”. Ante esta escena, se da un mensaje importante acerca de las distintas perspectivas en torno al uso de pieles dependiendo del país, ya que en la década de los 2000 este mensaje no era tan difundido en Estados Unidos mientras que era común ver activismo animalista en desfiles de moda que ocurrían en Europa. [14]. 

Una situación similar se ve en la película Devil Wears Prada, la cual es una película conocida por reflejar la realidad de la industria de la moda y lo complicado que es mantenerse estable en un sector tan demandante. A lo largo del desarrollo del trabajo de Andrea cómo asistente de Miranda, se observa cómo es tratada de forma despótica por su jefa, y se refleja una constante en su imagen: el uso de abrigos de piel y estampados animal print. En cada escena en la que se ve a Miranda arrojar su abrigo encima del escritorio de Andrea, se puede ver el material de este, el cual varía entre 100% piel o piel con insertos de cuero. Asimismo, es común verla quejándose a lo largo de la película acerca de las sesiones de fotos con estampados florales, lo cual ocurre porque ella gravita más hacia vestir con animal print en varios aspectos de su vestimenta. [15]. El hecho de asociar a la villana con pieles animales y animal print, elementos de la industria con una fuerte carga negativa dado el maltrato que conlleva su fabricación o la alusión que realizan, transmite el mensaje de que este tipo de prendas es usado por el “villano de la industria”. 

Es discutible el uso de telas animal print o faux fur al hacer alusión a un material controversial; sin embargo, en este punto no debe ser promovido el uso masificado de pieles reales ya que su fabricación y venta refleja la continuidad del negocio de las pieles, el cual conlleva un amplio historial de maltrato y depredación de especies. Las campañas mediáticas han logrado un impacto considerable en la industria, y es importante alentar a las empresas restantes a que abandonen la producción de prendas con pelaje animal para así poder ser más sostenibles y amigables con el medioambiente. Como consumidores, también tenemos la responsabilidad de dejar de apoyar a casas de moda que aún insisten con colecciones con prendas fabricadas exclusivamente de piel animal, ya que si no existe apoyo o si se fortalece el estigma negativo hacia éstas, su fabricación ya no será rentable en el tiempo. Esta problemática ha impactado en un impacto comercial, social, e incluso audiovisual al conseguir que se retrate la problemática de forma asertiva para que la población se pueda concientizar. Sin embargo, el mayor impacto al fin y al cabo se lo llevan los animales; por ello, es importante tener un rol activo respecto a esta problemática, las “granjas de piel animal” y el tráfico de especies, el cual dejará de ocurrir si la moda decide que ya no son rentables, cuando esta clase de prendas deje de ser preferida por parte de consumidores más responsables. 

Bibliografía:

[1] New York Times (2015). Fur is back in Fashion and Debate. Recuperado el 1 de Octubre del 2020 en: https://www.nytimes.com/2015/07/05/fashion/fur-is-back-in-fashion-and-debate.html

[2] FashionUnited (2020). Claiming Victory, PETA ends 30-year campaign against fur. Recuperado el 1 de Octubre del 2020 en: https://fashionunited.uk/news/fashion/claiming-victory-peta-ends-30-year-campaign-against-fur/2020020647402

[3] Detweiler, Jenna (2018). Furs: Functionality, Fashion and Franchise. Recuperado el 1 de Octubre del 2020 en: https://digitalcommons.ursinus.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=1005&context=environment_hon

[4] Fur For Animals (s.f). Statistics. Recuperado el 1 de Octubre del 2020 en: http://www.respectforanimals.org/statistics/

[5] DW (s.f). Conservation and fashion: What is the impact of using exotic animal skins? Recuperado el 2 de Octubre del 2020 en: https://www.dw.com/en/conservation-and-fashion-what-is-the-impact-of-using-exotic-animal-skins/a-49156030

[6] Unión Vegana (2010). Marcela Kloosterboer: aquí está el resto de tu abrigo de piel.  Recuperado el 2 de Octubre del 2020 en: http://www.unionvegana.org/marcela-kloosterboer-aqui-esta-el-resto-de-tu-abrigo-de-piel/#:~:text=La%20utilizaci%C3%B3n%20de%20pieles%20establece,eran%20cosas%2C%20que%20no%20sent%C3%ADan

[7] Business Off Fashion (s.f). Haute Couture.  Recuperado el 2 de Octubre del 2020 en: https://www.businessoffashion.com/education/fashion-az/haute-couture

[8] New York Times (2015). op.cit

[9] The National (2010). Paris Fashion Week: Decadence and fur fatigue. Recuperado el 3 de Octubre del 2020 en: https://www.thenational.ae/lifestyle/paris-fashion-week-decadence-and-fur-fatigue-1.541371

[10] Peterson, Lesley (2010). Brief Summary of Fur Laws and Fur Protection. Recuperado el 3 de Octubre del 2020 en: https://www.animallaw.info/intro/fur-production-and-fur-laws

[11] BBC (2018). Is this the end of real fur? Recuperado el 3 de Octubre del 2020 en: https://www.bbc.com/culture/article/20181004-how-fashion-fell-in-love-with-faux-fur

[12] Atelier Parsmei (s.f). Sustainable trend: when luxury fashion goes green.  Recuperado el 5 de Octubre del 2020 en: https://www.atelierparsmei.com/2020/06/15/sustainable-trend-when-luxury-fashion-goes-green/

[13] Vogue (2016). All of the trends that Sex and the City predicted and perfected. Recuperado el 5 de Octubre del 2020 en: https://www.vogue.com/article/sex-and-the-city-inspired-fashion-trends

[14] Organization of American Historians (s.f). The History of Animal Protection in the United States. Recuperado el 5 de Octubre del 2020 en: https://www.oah.org/tah/issues/2015/november/the-history-of-animal-protection-in-the-united-states/

[15] Asian Fashion Blog (2020). Iconic Workwear from the Devil Wears Prada: Miranda Priestley. Recuperado el 5 de Octubre del 2020 en: https://www.yesstyle.com/blog/2020-09-07/iconic-workwear-from-the-devil-wears-prada-persona-investigator/