Escrito por Fiorella Almanza, miembro del Consejo Editorial de Conexión Ambiental
A finales de marzo, sucedió en China un boicot sin precedentes contemporáneos en agravio de la cadena de fast fashion H&M, donde los ciudadanos alrededor del gigante asiático empezaron a dejar de consumir masivamente los productos de esta empresa dado que H&M había publicado un comunicado dando cuenta del cese de las relaciones comerciales con el proveedor de algodón chino, puesto que éste estaría incurriendo en explotación laboral de la minoría uigur. Asimismo, este boicot tenía una intención clara: expulsar a la trasnacional del país, en aras de afectar a uno de sus mercados más sólidos y masivos. A este boicot por parte de los consumidores, se sumaron las plataformas de compra electrónica y tiendas por departamentos que facilitaban la adquisición de las prendas de H&M a la población, las cuales dejaron de mostrar a la empresa en su portal web y por ende el e-commerce de esta marca cayó intempestivamente a raíz de este suceso [1]. Habiendo considerado los eventos coyunturales que desencadenaron esta crisis, queda evaluar por qué se está haciendo un ataque tan fuerte, masificado e intempestivo hacia esta marca, tomando en cuenta que el consumo de fast fashion está en pleno apogeo y la sostenibilidad de este tipo de marcas no es un elemento a tomar en cuenta para los consumidores chinos. Además, cabe cuestionarse qué tan grande es el mercado del algodón chino y por qué es preocupante la interrupción de este flujo mercantil respecto a este producto. Finalmente, frente a esta crisis en la industria de la moda y la producción textil, es importante preguntarse hasta qué punto puede tener consecuencias sobre la industria y el material empleado para la elaboración de las prendas.
Cabe precisar, antes de empezar a evaluar las motivaciones de este boicot catalizador de la crisis de la industria, que H&M no ha sido la única marca que ha sido objetivo de estos ataques repetidos. Marcas emblemáticas tanto de fast fashion como de moda deportiva, como Zara y Nike & Adidas respectivamente, han sido objeto de cancelación en la industria de la moda china, donde los productos de estas marcas han sido removidos de los anaqueles virtuales y físicos, y además estas prendas llegaron a ser incendiadas en la vía pública como acto de protesta [2]. Ergo, se puede deducir que el efecto ha sido tremendo para las marcas afectadas, ya que han perdido a un sector importante de su mercado y han tenido importantes pérdidas a nivel económico. Y ello nos lleva directamente a lo que ha motivado a las tiendas por departamento y la población de China para realizar este boicot: causar un fuerte impacto económico en estas empresas, las cuales tienen una importante parte de su público objetivo en China y han perdido tanto producto como ganancias durante la crisis. Aparte, es relevante considerar que China es uno de los mayores consumidores de este tipo de moda, dado que las cifras de consumo de prendas de marcas como H&M van en un ascenso exponencial sostenido desde el año 2010, y a día de hoy es comparable el consumo de fast fashion en China y Estados Unidos, por lo que se consideraría que estas marcas tienen a China como uno de sus principales mercados y éste ya se ha perdido [3].
En la práctica, podría considerarse a este boicot como una sanción pública a raíz de que han dejado de consumir algodón chino, lo cual los perjudica en los mercados globales y puede que tenga efectos a largo plazo dentro de la planeación que realizan estas empresas para el lanzamiento de nuevas líneas, lanzamientos que sabemos que son frecuentes dado el bajo precio de fabricación de las prendas, el material barato sumamente contaminante, y que están dirigidas a fomentar el consumismo de la población. Por ende, si bien podemos observar consecuencias positivas al considerar que este boicot supondrá una desaceleración en las producciones de la industria fast fashion, las cuales son sumamente nocivas para el medio ambiente, también cabe pensar en las consecuencias a mediano y largo plazo respecto al mercado del algodón chino y su sustitución para las prendas que se sacarán a futuro. Del mismo modo, es vital considerar de qué manera afectará este evento a la producción de algodón chino, ya que este es de los algodones más consumidos a lo largo del mundo y la agroindustria de esta materia prima podría verse severamente afectada.
Acorde a las cifras, China es el segundo país con mayor producción y exportación de algodón en el mundo, donde la gran mayoría de esta materia prima se dirige a la industria textil, especialmente a aquella producida en masa. Siendo únicamente superado por India, China es un gigante en la producción de algodón gracias a la agroindustria mecanizada que se ha venido desarrollando producto de los avances tecnológicos de la agroindustria en el país asiático, donde se privilegia la eficiencia y cosechas y plantaciones rápidas frente a la consideración de la sostenibilidad del agua y suelo, los cuales suelen verse más perjudicados durante los procesos de mecanización [4] No obstante, cabe recalcar que la si bien la producción masificada y acelerada se debe a la mecanización del campo, todo el trabajo no recae sobre las máquinas, ya que 93 millones de personas se encuentran trabajando en esta industria y acorde a averiguaciones recientes se sospecha que una parte estarían ejerciendo trabajos forzosos, pero ello aún no está confirmado [5]. Por los datos previamente mencionados y el contexto general que se tiene respecto a la industria agrícola china, podemos concluir que si bien no se está mutilando una parte fundamental de la economía del país, ésta sí se está viendo afectada y puede terminar con los altos índices de producción existentes en vista a que no hay demanda que requiera aumentar la oferta. Por consiguiente, la industria textil tendrá que comprar algodón de proveedores de países con altos índices de producción, y a este punto es complicado localizar proveedores dada la coyuntura global y el hecho de que el productor más grande ya tiene comprometidas sus cosechas y no puede acelerar el ritmo de producción por la crisis sanitaria.
Si bien el mercado chino se ha perdido o se va a reducir sustancialmente en fechas venideras e incluso a mediano plazo, la demanda por fast fashion va a mantenerse y tiene aún posibilidad de incrementar a raíz del apogeo de tiendas de e-commerce como Shein y Romwe, por lo que la demanda por algodón va a mantenerse [6]. Es en este punto donde entran a tallar las telas sintéticas, las cuales son perjudiciales en demasía para el medio ambiente a raíz de lo contaminantes que son durante su producción y tras ser desechadas. Aparte, el proceso cíclico de estas prendas tiende a ser más corto ya que desde su adquisición hasta su descarte por envejecimiento y desgaste pasa una menor cantidad de tiempo puesto que solo soportan diez lavados en promedio sin un desgaste significativo [7]. En conclusión, si bien vamos a ver que varias cadenas afectadas por dejar de adquirir algodón chino van a cesar su acelerada producción, la producción de la industria en sí no va a detenerse ya que existen más mercados que requieren de este tipo de prendas, por lo cual las empresas que cesan su uso de algodón chino van a recurrir a la utilización de prendas de telas sintéticas, las cuales también son de alto peligro para el medio ambiente. Es aquí donde vemos que, mientras ocurren calamidades y caídas abruptas a nivel mercantil y a nivel social dada la actitud de ciertas empresas o las posturas que toman los consumidores frente a sus medidas, últimamente siempre se observa que las alternativas convenientes no son pensadas con miras a mantener sostenibilidad ambiental, puesto que el reemplazo del algodón chino será aún más nocivo al hacer que el fast fashion pueda ser aún más contaminante que antes en el mercado mundial.
En épocas temporáneas, el avance de la industria de la moda está siendo especialmente hostil con el medio ambiente, este está siendo escasamente considerado al momento de hacer innovaciones tecnológicas en este sector y creación de nuevos productos. Con este nuevo escándalo, si bien habrá un mercado que deje de consumir prendas de empresas dedicadas al fast fashion, este rubro no dejará de existir ni mucho menos será menos contaminante que antes; es más, será todo lo contrario. Desde Conexión Ambiental, instamos a un consumo responsable de la moda y a tomar en consideración el material de la cual se elaborarán de ahora en adelante, puesto que el consumo de telas y material sintético ahora aumentará para la fabricación de ropa. Últimamente, la decisión sobre qué productos consumir recae sobre nosotros, los compradores, y es vital saber acerca de los últimos acontecimientos en este sector para saber acerca de los cambios en las líneas de producción y cómo estos impactan sobre el medio ambiente.
Bibliografía:
[1] DW (2021). Boicot en China contra H&M por no usar algodón de Xinjiang. Recuperado el 11 de junio del 2021 en: https://www.dw.com/es/boicot-en-china-contra-hm-por-no-usar-algod%C3%B3n-de-xinjiang/a-56981303
[2] Bloomberg (2021). Adidas, Nike Web Sales Plunge in China Amid Xinjiang Boycott. Recuperado el 11 de junio del 2021 en: https://www.bloomberg.com/news/articles/2021-05-06/adidas-nike-online-sales-plunged-in-china-amid-xinjiang-boycott
[3] Daxue Consulting (2019). The Fast Fashion Industry in China Dresses the New Mix & Match Generation. Recuperado el 13 de junio del 2021 en: https://daxueconsulting.com/fast-fashion-industry-china/
[4] JIANLONG, Dai y Dong HEZHONG (2014). Intensive cotton farming technologies in China: Achievements, challenges and countermeasures. Recuperado el 13 de junio del 2021 en: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0378429013003237
[5] IBISWorld (2020). Cotton Growing Industry in China. Recuperado el 14 de junio del 2021 en: https://www.ibisworld.com/china/market-research-reports/cotton-growing-industry/
[6] Insider (2019). The fashion industry emits more carbon than international flights and maritime shipping combined. Here are the biggest ways it impacts the planet. Recuperado el 15 de junio del 2021: www.businessinsider.com/fast-fashion-environmental-impact-pollution-emissions-waste-water-2019-10
[7] The New York Times (2019). How to buy clothes that are built to last. Recuperado el 15 de junio del 2021 en: https://www.nytimes.com/interactive/2019/climate/sustainable-clothing.html